El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cobiella, el único que metió
La visita de Adán Martín a Cancún fue muy caribeña, incluidas las guayaberas. Participó como invitado en los actos inaugurales del nuevo hotel de Iberoestar, aunque la figura estelar fue el gobernador del Estado. De hecho, las crónicas de la prensa local destacan la llegada en helicóptero del gobernador y cómo le pasearon, junto a la comitiva, “a bordo de carros de golf, hasta la casa club, en donde después de un cóctel de bienvenida, se procedió a la inauguración oficial”. Y dice el cronista Manuel Chuc Chan, del periódico Por esto!: “La inauguración formal del campo de golf, se llevó a cabo con el putt del presidente del Grupo Iberostar, Miguel Fluxá, seguido por el jefe del Ejecutivo estatal Félix González Canto, el presidente municipal de Solidaridad, Carlos Joaquín González, y los invitados oficiales, el último putt fue realizado por Pedro Luis Cobiella, presidente del Grupo Hospiten, quien fue el que logró meter la pelota en el hoyo”. ¡Qué suerte! Y a Adán, ni nombrarlo en toda la reseña.
La visita de Adán Martín a Cancún fue muy caribeña, incluidas las guayaberas. Participó como invitado en los actos inaugurales del nuevo hotel de Iberoestar, aunque la figura estelar fue el gobernador del Estado. De hecho, las crónicas de la prensa local destacan la llegada en helicóptero del gobernador y cómo le pasearon, junto a la comitiva, “a bordo de carros de golf, hasta la casa club, en donde después de un cóctel de bienvenida, se procedió a la inauguración oficial”. Y dice el cronista Manuel Chuc Chan, del periódico Por esto!: “La inauguración formal del campo de golf, se llevó a cabo con el putt del presidente del Grupo Iberostar, Miguel Fluxá, seguido por el jefe del Ejecutivo estatal Félix González Canto, el presidente municipal de Solidaridad, Carlos Joaquín González, y los invitados oficiales, el último putt fue realizado por Pedro Luis Cobiella, presidente del Grupo Hospiten, quien fue el que logró meter la pelota en el hoyo”. ¡Qué suerte! Y a Adán, ni nombrarlo en toda la reseña.