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Opinión - La fiesta acaba de empezar. Por Esther Palomera

El cóctel es lo que cuenta

Muchos empresarios presentes en este cóctel de sábado de Nochebuena aprovecharon para resolver asuntos pendientes, algunos con doce meses de antigüedad. De ahí que la opinión generalizada del personal fuera que vale más a veces un buen cóctel que una asamblea cameral, y mucho más incluso que un multitudinario almuerzo. Lo saben en la Confederación de Empresarios, donde andan cabreados por las prisas que les metieron el otro día los camareros del hotel Santa Catalina para que se sentaran a almorzar y dejaran el palique en la terraza exterior. El almuerzo, aseguran, no sirvió ni para el discurso de Mario Rodríguez, que de tan esperado y solicitado por la autoridad acabó convirtiéndose en humo. Ni sirve a los jefes de protocolo, particularmente a los de Soria, que se volvieron locos tratando de cambiar tarjetitas para situar a su señorito en un lugar preeminente. No los dejaron, pero en lo importante es intentarlo porque a veces cuela.

Muchos empresarios presentes en este cóctel de sábado de Nochebuena aprovecharon para resolver asuntos pendientes, algunos con doce meses de antigüedad. De ahí que la opinión generalizada del personal fuera que vale más a veces un buen cóctel que una asamblea cameral, y mucho más incluso que un multitudinario almuerzo. Lo saben en la Confederación de Empresarios, donde andan cabreados por las prisas que les metieron el otro día los camareros del hotel Santa Catalina para que se sentaran a almorzar y dejaran el palique en la terraza exterior. El almuerzo, aseguran, no sirvió ni para el discurso de Mario Rodríguez, que de tan esperado y solicitado por la autoridad acabó convirtiéndose en humo. Ni sirve a los jefes de protocolo, particularmente a los de Soria, que se volvieron locos tratando de cambiar tarjetitas para situar a su señorito en un lugar preeminente. No los dejaron, pero en lo importante es intentarlo porque a veces cuela.