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Diez concejales y un niño

Mucho más tranquilo se presentó este jueves ante los periodistas el todavía alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, que hizo que lo retrataran con todo su equipo de concejales al completo, a falta, claro está, de los dos socialistas. Su mala uva habitual, que aplica a las causas políticas con esa sonrisa socarrona mamada desde los tiempos de Araña, sirvió a Marco Aurelio Pérez para hacer una sarcástica comparación entre la foto que protagonizaba y la que hace unos días se hicieron diez de los once firmantes de la moción de censura. Faltaba un concejal, que estaba convaleciente tras una operación, y aparecía un niño, el bebé de tres meses de la alcaldesa propuesta, Concha Narváez. Nosotros somos diez, y ellos diez y un niño, vino a decir Pérez en velada referencia a la posibilidad de que haya un censurante con espíritu infantil correteando por el parque en busca de amiguitos con los que jugar, por ejemplo, al Palé. Y ajeno a las cosas de los mayores.

Mucho más tranquilo se presentó este jueves ante los periodistas el todavía alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, que hizo que lo retrataran con todo su equipo de concejales al completo, a falta, claro está, de los dos socialistas. Su mala uva habitual, que aplica a las causas políticas con esa sonrisa socarrona mamada desde los tiempos de Araña, sirvió a Marco Aurelio Pérez para hacer una sarcástica comparación entre la foto que protagonizaba y la que hace unos días se hicieron diez de los once firmantes de la moción de censura. Faltaba un concejal, que estaba convaleciente tras una operación, y aparecía un niño, el bebé de tres meses de la alcaldesa propuesta, Concha Narváez. Nosotros somos diez, y ellos diez y un niño, vino a decir Pérez en velada referencia a la posibilidad de que haya un censurante con espíritu infantil correteando por el parque en busca de amiguitos con los que jugar, por ejemplo, al Palé. Y ajeno a las cosas de los mayores.