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Otra condena para Carmelo Martín

Está que no para el director de Radio Aventura, la emisora de Telde que defiende -haga frío o haga calor- al grupo de gobierno e insulta a los que osan decir que en esa ciudad anida la corrupción. Se llama Carmelo Martín, aunque se disfrace en ocasiones de Andresito el Quejica, en la errónea creencia de que cambiando de identidad, los jueces miran para otro lado. Ya saben que tiene una condena firme de un año de prisión por inventarse un día que un policía local cambió un atestado de un accidente en el que se vio implicada la esposa suya de él. Tuvo que pactar la sentencia ante la evidencia de que había mentido con descaro. Ahora le ha caído otra, en este caso por un juicio de faltas, por dedicarse a agredir verbalmente y de modo reiterado a un menor. ¿A un menor? Pero, Carmelo, que te pierdes. Sí, y no vean cómo flipaba el juez del 7 de Telde cuando escuchaba el relato de los hechos y preguntaba en voz alta si un hombre hecho y derecho podía ser capaz de semejantes chiquilladas. Total, 240 euros y pórtate bonito, que ser la emisora del régimen no te da patente de corso. Y menos con menores.

Está que no para el director de Radio Aventura, la emisora de Telde que defiende -haga frío o haga calor- al grupo de gobierno e insulta a los que osan decir que en esa ciudad anida la corrupción. Se llama Carmelo Martín, aunque se disfrace en ocasiones de Andresito el Quejica, en la errónea creencia de que cambiando de identidad, los jueces miran para otro lado. Ya saben que tiene una condena firme de un año de prisión por inventarse un día que un policía local cambió un atestado de un accidente en el que se vio implicada la esposa suya de él. Tuvo que pactar la sentencia ante la evidencia de que había mentido con descaro. Ahora le ha caído otra, en este caso por un juicio de faltas, por dedicarse a agredir verbalmente y de modo reiterado a un menor. ¿A un menor? Pero, Carmelo, que te pierdes. Sí, y no vean cómo flipaba el juez del 7 de Telde cuando escuchaba el relato de los hechos y preguntaba en voz alta si un hombre hecho y derecho podía ser capaz de semejantes chiquilladas. Total, 240 euros y pórtate bonito, que ser la emisora del régimen no te da patente de corso. Y menos con menores.