El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Condenado a 15.000 euros por odiosas comparaciones
Bittini es de los empresarios que no afloja un euro hasta que no lo tiene todo seguro, pero pide muchas prendas por el camino. Barrilete Cósmico lo conoce muy bien porque históricamente ha sido uno de sus más apasionados defensores en el pelotazo de Tindaya. Por eso sabía que, con la explosión de Tebeto, había que poner toda la carne en el asador para que Gómez Cáceres no se echara atrás y el Gobierno pagara cuanto antes, que luego se arrepiente el pavo y ya estaban a punto de acabarse las perritas del Cortezo. Por eso se lanzó al cuello del magistrado Javier Varona cuando, desde la misma Sala de lo Contencioso-Administrativo, libró al Gobierno de tener que depositar el pago antes de que fallara el Supremo. Fue entonces cuando comparó a Varona con el juez catalán Luis Pascual Estevill, condenado a nueve años de cárcel por el Supremo por prevaricación, cohecho y detención ilegal. Varona tardó días en interponer una demanda civil de protección del honor por la que el comunicólogo ya ha recibido la primera condena: 15.000 euros recurribles.
Bittini es de los empresarios que no afloja un euro hasta que no lo tiene todo seguro, pero pide muchas prendas por el camino. Barrilete Cósmico lo conoce muy bien porque históricamente ha sido uno de sus más apasionados defensores en el pelotazo de Tindaya. Por eso sabía que, con la explosión de Tebeto, había que poner toda la carne en el asador para que Gómez Cáceres no se echara atrás y el Gobierno pagara cuanto antes, que luego se arrepiente el pavo y ya estaban a punto de acabarse las perritas del Cortezo. Por eso se lanzó al cuello del magistrado Javier Varona cuando, desde la misma Sala de lo Contencioso-Administrativo, libró al Gobierno de tener que depositar el pago antes de que fallara el Supremo. Fue entonces cuando comparó a Varona con el juez catalán Luis Pascual Estevill, condenado a nueve años de cárcel por el Supremo por prevaricación, cohecho y detención ilegal. Varona tardó días en interponer una demanda civil de protección del honor por la que el comunicólogo ya ha recibido la primera condena: 15.000 euros recurribles.