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Lo que contaron

La verdad es otra: esos profesionales han cobrado por su trabajo y los proyectos no se han ejecutado porque ese dúo Soria-Mauricio ha decidido que el asunto debe ir por otros derroteros. Días después del 14 M, alguien dijo -y nosotros lo publicamos- que los promotores asumieron con resignación que había que contarlo al PSOE: Javier, (Esquivel) concertará una cita con Jerónimo, acordaron. Y así fue, como lo habíamos publicado: se reunieron en el Auditorio representantes del PSOE con representantes de Lopesan y Satocan. Y se dijeron cosas como éstas, o mejor, se dijeron exactamente estas cosas: Ese proyecto hay que hacerlo. Pero la depresión de la autovía, unos 150 millones de euros que no están en el convenio de carreteras ¿quién la paga? Nosotros, dijeron los representantes de las dos empresas ¿Y los arquitectos? Luzardo se ha enredado, nosotros trabajaremos con nuestros propios arquitectos, eso de los arquitectos estrella es un asunto suyo, de la alcaldesa. Y al final, la estupefacción: “Jerónimo, tú que conoces tanta gente, recomiéndanos algún arquitecto”.Y Jerónimo sonrió. Una cosa es tener dinero y otra cazar al viejo Jerónimo.

La verdad es otra: esos profesionales han cobrado por su trabajo y los proyectos no se han ejecutado porque ese dúo Soria-Mauricio ha decidido que el asunto debe ir por otros derroteros. Días después del 14 M, alguien dijo -y nosotros lo publicamos- que los promotores asumieron con resignación que había que contarlo al PSOE: Javier, (Esquivel) concertará una cita con Jerónimo, acordaron. Y así fue, como lo habíamos publicado: se reunieron en el Auditorio representantes del PSOE con representantes de Lopesan y Satocan. Y se dijeron cosas como éstas, o mejor, se dijeron exactamente estas cosas: Ese proyecto hay que hacerlo. Pero la depresión de la autovía, unos 150 millones de euros que no están en el convenio de carreteras ¿quién la paga? Nosotros, dijeron los representantes de las dos empresas ¿Y los arquitectos? Luzardo se ha enredado, nosotros trabajaremos con nuestros propios arquitectos, eso de los arquitectos estrella es un asunto suyo, de la alcaldesa. Y al final, la estupefacción: “Jerónimo, tú que conoces tanta gente, recomiéndanos algún arquitecto”.Y Jerónimo sonrió. Una cosa es tener dinero y otra cazar al viejo Jerónimo.