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Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

Corbata color salmón, para conjuntar

La planta quinta del edificio de los juzgados de Granadera Canaria se llenó de muchas caras conocidas pocos minutos antes de las nueve y media de la mañana. Además de los dos acusados, Francisco Javier Chavanel y Carlos Sosa, sus abogados, algunos familiares y amigos solidarios, formaban la aglomeración una cantidad cercana a la veintena de testigos convocados, mayoritariamente, por la parte acusada. Los periodistas querían que testificaran, principalmente, los que en teoría habrían de echarles la soga al cuello, en lugar de una manita para salir del atolladero. Así, citaron a la esposa de Soria, María del Carmen Benítez, a Larry Álvarez, Miguel Jorge Blanco, José Manuel Arnáiz, Javier Esquivel y su esposa, Gabriela Martínez-Arroyo. Y también a Luis Soria y a su hermano José Manuel. El denunciante, vicepresidente del Gobierno y presidente del Cabildo grancanario cuando se produjeron los hechos denunciados, perdón, las presuntas injurias y calumnias, se presentó junto a su escolta, con apariencia de relajado, sonriente y con aires de triunfador, luciendo una premeditada corbata color salmón, el mismo que tenía el chalet. Cree que ya se puede.

La planta quinta del edificio de los juzgados de Granadera Canaria se llenó de muchas caras conocidas pocos minutos antes de las nueve y media de la mañana. Además de los dos acusados, Francisco Javier Chavanel y Carlos Sosa, sus abogados, algunos familiares y amigos solidarios, formaban la aglomeración una cantidad cercana a la veintena de testigos convocados, mayoritariamente, por la parte acusada. Los periodistas querían que testificaran, principalmente, los que en teoría habrían de echarles la soga al cuello, en lugar de una manita para salir del atolladero. Así, citaron a la esposa de Soria, María del Carmen Benítez, a Larry Álvarez, Miguel Jorge Blanco, José Manuel Arnáiz, Javier Esquivel y su esposa, Gabriela Martínez-Arroyo. Y también a Luis Soria y a su hermano José Manuel. El denunciante, vicepresidente del Gobierno y presidente del Cabildo grancanario cuando se produjeron los hechos denunciados, perdón, las presuntas injurias y calumnias, se presentó junto a su escolta, con apariencia de relajado, sonriente y con aires de triunfador, luciendo una premeditada corbata color salmón, el mismo que tenía el chalet. Cree que ya se puede.