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Corrales, como la gallina sin nidal

José Manuel Corrales va camino de su tercera (¿o cuarta?) escisión. El actual concejal de Socialistas por Tenerife en el Ayuntamiento de Santa Cruz fue objeto este martes de una desautorización pública por parte de su partido, que parece haberse hartado de sus ocurrencias, de sus deserciones, de sus carantoñas y de sus personalismos. En un comunicado bastante desagradable, Socialistas por Tenerife anuncia que le retira su confianza y que no se ajunta más con el que fuera uno de los líderes de la última escisión del Partido Socialista en la isla. Una escisión, por cierto, que se provocó, entre otras razones, por una traición de Corrales a su propia palabra, la que le dio al secretario general del PSOE, José Miguel Pérez, de que respaldaría la candidatura de Julio Pérez a la alcaldía en las elecciones de mayo de 2011. Tras dar su palabra, corrió a convocar una asamblea que lo designara a él como candidato, lo que precipitó la disolución de la Agrupación Local santacrucera y de la ejecutiva insular y la estampida de unos cuantos dirigentes y militantes que, tras los oportunos portazos, confluyeron en la formación que ahora pone a Corrales en la puerta de la calle. Tras las reiteradas resoluciones judiciales dando la razón al PSOE en el conflicto y los cada vez más llamativos desencuentros de los escindidos, se cargan de razones los que le metieron tremenda sacudida a la organización en Tenerife.

José Manuel Corrales va camino de su tercera (¿o cuarta?) escisión. El actual concejal de Socialistas por Tenerife en el Ayuntamiento de Santa Cruz fue objeto este martes de una desautorización pública por parte de su partido, que parece haberse hartado de sus ocurrencias, de sus deserciones, de sus carantoñas y de sus personalismos. En un comunicado bastante desagradable, Socialistas por Tenerife anuncia que le retira su confianza y que no se ajunta más con el que fuera uno de los líderes de la última escisión del Partido Socialista en la isla. Una escisión, por cierto, que se provocó, entre otras razones, por una traición de Corrales a su propia palabra, la que le dio al secretario general del PSOE, José Miguel Pérez, de que respaldaría la candidatura de Julio Pérez a la alcaldía en las elecciones de mayo de 2011. Tras dar su palabra, corrió a convocar una asamblea que lo designara a él como candidato, lo que precipitó la disolución de la Agrupación Local santacrucera y de la ejecutiva insular y la estampida de unos cuantos dirigentes y militantes que, tras los oportunos portazos, confluyeron en la formación que ahora pone a Corrales en la puerta de la calle. Tras las reiteradas resoluciones judiciales dando la razón al PSOE en el conflicto y los cada vez más llamativos desencuentros de los escindidos, se cargan de razones los que le metieron tremenda sacudida a la organización en Tenerife.