Cortados por el mismo patrón

Resulta absolutamente reveladora esa fotografía de Federico Trillo y José Manuel Soria flanqueando a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dando plasticidad a esa pantomina de denuncia/queja/montaje contra una juez a la que deben tener un miedo tan insuperable que los conduce a la más estúpida y rastrera de las huidas hacia adelante. De la señora Cospedal hablaremos un poco más adelante, pero hoy les proponemos fijarnos en estos dos muñidores que, cada cual con la elegancia con que les ha premiado la madre naturaleza, han dedicado gran parte de su tiempo a manipular testigos e incluso documentos para endosar la culpabilidad a quien no la tiene. Por una cuestión de rango, empecemos por Federico Trillo-Figueroa, que es autor de una de las más miserables manipulaciones de un testigo para tratar de sacar a los altos cargos del PP del atolladero del caso Gürtel. El ex ministro de Defensa, con viento de levante y una cara más dura que la traquita de Tebeto (con perdón), se entrevistó en dos ocasiones con el dueño de la tienda Forever Young para convencerlo de que atribuyera un delito de falsificación de documento mercantil al sastre José Tomás, uno de los testigos de cargo más demoledores que han tenido jamás. Y no contento con esa intervención inconcebible en un cargo público que es portavoz del PP en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados (¡manda Trillos!), hizo firmar a los trabajadores de la tienda un documento en el que acusaran al sastre de los más incalificables delitos cometidos para perjudicar a las almas cándidas del PP.

Resulta absolutamente reveladora esa fotografía de Federico Trillo y José Manuel Soria flanqueando a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dando plasticidad a esa pantomina de denuncia/queja/montaje contra una juez a la que deben tener un miedo tan insuperable que los conduce a la más estúpida y rastrera de las huidas hacia adelante. De la señora Cospedal hablaremos un poco más adelante, pero hoy les proponemos fijarnos en estos dos muñidores que, cada cual con la elegancia con que les ha premiado la madre naturaleza, han dedicado gran parte de su tiempo a manipular testigos e incluso documentos para endosar la culpabilidad a quien no la tiene. Por una cuestión de rango, empecemos por Federico Trillo-Figueroa, que es autor de una de las más miserables manipulaciones de un testigo para tratar de sacar a los altos cargos del PP del atolladero del caso Gürtel. El ex ministro de Defensa, con viento de levante y una cara más dura que la traquita de Tebeto (con perdón), se entrevistó en dos ocasiones con el dueño de la tienda Forever Young para convencerlo de que atribuyera un delito de falsificación de documento mercantil al sastre José Tomás, uno de los testigos de cargo más demoledores que han tenido jamás. Y no contento con esa intervención inconcebible en un cargo público que es portavoz del PP en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados (¡manda Trillos!), hizo firmar a los trabajadores de la tienda un documento en el que acusaran al sastre de los más incalificables delitos cometidos para perjudicar a las almas cándidas del PP.