La cosa se pone dura en 'El Día'

A pecho descubierto y sin asesores externos, tampoco ha habido manera de que los trabajadores y la dirección de la empresa editora de El Día, Editorial Leoncio Rodríguez, S.A., se pongan de acuerdo. Este martes se vieron las caras para certificar la ruptura definitiva de las negociaciones, según expresión de la parte social, que se teme lo peor. Y lo peor en estos casos en que la parte contratante tiene la potestad del despido, es que a partir de este miércoles empiecen a llegar las cartas a veinte o treinta trabajadores de la plantilla del periódico. Los representantes sociales sospechan que los despidos puedan empezar por los trabajadores más jóvenes, que vienen a ser los mismos que Mercedes Rodríguez, hija del editor, don José Rodríguez Ramírez, fotografió a la puerta de la empresa el día que se celebró una jornada de paro. Aunque, en palabras de la empresa, hay otros “diez improductivos” que pudieran correr igual suerte con una indemnización de veinte días por año trabajado. La reunión de este martes terminó de la peor y más tensa manera, con los trabajadores reclamando de la empresa “que haga las cosas bien” y la empresa advirtiendo: “si ustedes denuncian, vamos todos con la proa al marisco y se cierra el chiringuito”.

A pecho descubierto y sin asesores externos, tampoco ha habido manera de que los trabajadores y la dirección de la empresa editora de El Día, Editorial Leoncio Rodríguez, S.A., se pongan de acuerdo. Este martes se vieron las caras para certificar la ruptura definitiva de las negociaciones, según expresión de la parte social, que se teme lo peor. Y lo peor en estos casos en que la parte contratante tiene la potestad del despido, es que a partir de este miércoles empiecen a llegar las cartas a veinte o treinta trabajadores de la plantilla del periódico. Los representantes sociales sospechan que los despidos puedan empezar por los trabajadores más jóvenes, que vienen a ser los mismos que Mercedes Rodríguez, hija del editor, don José Rodríguez Ramírez, fotografió a la puerta de la empresa el día que se celebró una jornada de paro. Aunque, en palabras de la empresa, hay otros “diez improductivos” que pudieran correr igual suerte con una indemnización de veinte días por año trabajado. La reunión de este martes terminó de la peor y más tensa manera, con los trabajadores reclamando de la empresa “que haga las cosas bien” y la empresa advirtiendo: “si ustedes denuncian, vamos todos con la proa al marisco y se cierra el chiringuito”.