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Más cosas de Godoy

La desalación de aguas no es el fuerte del alcalde de Gáldar, Manuel Godoy, como tampoco parece serlo el urbanismo. A lo anteriormente comentado hay que añadir el berenjenal en el que se ha metido en Playa Canaria al firmar una serie de documentos que permiten cambios en la urbanización sin encomendarse a Dios ni al diablo. O por ser más precisos, el alcalde ha firmado contratos para dos fases de la urbanización sin la preceptiva reunión de la junta de compensación. Y todo porque hay un famoso abogado, hijo de un más famoso y más prestigioso abogado, ya fallecido, que anda el hombre con el agua al cuello tratanto de vender una pieza de suelo que adquirió en nombre de la empresa francesa Pluypula. Los compradores no han cumplido con sus obligaciones, y se dirigieron al alcalde a ver la manera de vender su parte a Fadesa, que no se ha cogido los dedos porque para eso tiene mejores abogados. Detectamos por los alrededores la presencia, nuevamente, del empresario Félix Santiago, al que el alcalde no quiere ver ni en pintura por lo mismo que Mauricio le dice a Bañolas que no se junte con malas compañías. Son unos vengativos, nos cuentan, pero también buenos patinadores.

La desalación de aguas no es el fuerte del alcalde de Gáldar, Manuel Godoy, como tampoco parece serlo el urbanismo. A lo anteriormente comentado hay que añadir el berenjenal en el que se ha metido en Playa Canaria al firmar una serie de documentos que permiten cambios en la urbanización sin encomendarse a Dios ni al diablo. O por ser más precisos, el alcalde ha firmado contratos para dos fases de la urbanización sin la preceptiva reunión de la junta de compensación. Y todo porque hay un famoso abogado, hijo de un más famoso y más prestigioso abogado, ya fallecido, que anda el hombre con el agua al cuello tratanto de vender una pieza de suelo que adquirió en nombre de la empresa francesa Pluypula. Los compradores no han cumplido con sus obligaciones, y se dirigieron al alcalde a ver la manera de vender su parte a Fadesa, que no se ha cogido los dedos porque para eso tiene mejores abogados. Detectamos por los alrededores la presencia, nuevamente, del empresario Félix Santiago, al que el alcalde no quiere ver ni en pintura por lo mismo que Mauricio le dice a Bañolas que no se junte con malas compañías. Son unos vengativos, nos cuentan, pero también buenos patinadores.