El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cosas del Tívoli
Son cosas que pasan día a día en el periodismo, que vive de vez en cuando fabulosos acontecimientos como el que supone que el mismísimo Larry Álvarez imparta doctrina. La salsa de la vida en una sociedad que, de no ser por elementos incontrolados como éste, sería un aburrimiento tremendo. Pero también los periodistas desafectos al régimen nos damos vidilla. Y este sábado nos la dio el periódico La Provincia, que fusiló descaradamente nuestro reportaje del viernes pasado sobre la pretensión de La Caja de urbanizar los terrenos del antiguo parque de atracciones de El Tívoli sin despeinarse lo más mínimo. Y sin mencionar la fuente, claro. Nos callamos porque, de repente, pensamos que sería un lapsus desafortunado. Pero cuando este martes leímos en el mismo periódico otra vez que la noticia la han dado ellos solitos, entonces fue cuando nos crujieron las cuadernas. Y decidimos recordar cariñosamente a los colegas que esas cosas no se hacen, que luego se notan y se le ponen las orejas coloradas.
Son cosas que pasan día a día en el periodismo, que vive de vez en cuando fabulosos acontecimientos como el que supone que el mismísimo Larry Álvarez imparta doctrina. La salsa de la vida en una sociedad que, de no ser por elementos incontrolados como éste, sería un aburrimiento tremendo. Pero también los periodistas desafectos al régimen nos damos vidilla. Y este sábado nos la dio el periódico La Provincia, que fusiló descaradamente nuestro reportaje del viernes pasado sobre la pretensión de La Caja de urbanizar los terrenos del antiguo parque de atracciones de El Tívoli sin despeinarse lo más mínimo. Y sin mencionar la fuente, claro. Nos callamos porque, de repente, pensamos que sería un lapsus desafortunado. Pero cuando este martes leímos en el mismo periódico otra vez que la noticia la han dado ellos solitos, entonces fue cuando nos crujieron las cuadernas. Y decidimos recordar cariñosamente a los colegas que esas cosas no se hacen, que luego se notan y se le ponen las orejas coloradas.