El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cristina Reyes lo incendia todo
La noticia pasó casi inadvertida en su momento: coincidiendo con la llegada de la nueva gerente, los funcionarios del Servicio Municipal de Limpieza de Las Palmas de Gran Canaria tuvieron que desactivar el perfil en Twitter y de Facebook que habían abierto en la red al final del mandato anterior. Ciertas tiranteces con Cristina Reyes, la gerente, y con Carmen Guerra, la concejala del área, parecían estar en el origen de ese abrupto apagón informativo. Pero no lo pudimos confirmar del todo hasta que la noticia apareció publicada en La Provincia de un modo discreto, como preventivo, dulce pero sin azúcar: los trabajadores desactivaron las cuentas en las redes sociales pero, poco después, algunos voluntarios las reactivaron de manera personal, haciendo especial advertencia de que no eran perfiles públicos sino “privados”. Nadie quiere hablar en el Servicio Municipal de Limpieza, donde reina cierto terror a las reacciones que pueda tener la gerente, que a lo largo de toda su trayectoria en puestos públicos han consistido siempre en altivez, soberbia, desprecio por los subordinados y abusos intolerables que han acabado siempre con bajas por enfermedad, despidos o expedientes. Ocurrió en el Cabildo, ocurrió en Proexca y vuelve a ocurrir ahora en el Servicio Municipal de Limpieza.
La noticia pasó casi inadvertida en su momento: coincidiendo con la llegada de la nueva gerente, los funcionarios del Servicio Municipal de Limpieza de Las Palmas de Gran Canaria tuvieron que desactivar el perfil en Twitter y de Facebook que habían abierto en la red al final del mandato anterior. Ciertas tiranteces con Cristina Reyes, la gerente, y con Carmen Guerra, la concejala del área, parecían estar en el origen de ese abrupto apagón informativo. Pero no lo pudimos confirmar del todo hasta que la noticia apareció publicada en La Provincia de un modo discreto, como preventivo, dulce pero sin azúcar: los trabajadores desactivaron las cuentas en las redes sociales pero, poco después, algunos voluntarios las reactivaron de manera personal, haciendo especial advertencia de que no eran perfiles públicos sino “privados”. Nadie quiere hablar en el Servicio Municipal de Limpieza, donde reina cierto terror a las reacciones que pueda tener la gerente, que a lo largo de toda su trayectoria en puestos públicos han consistido siempre en altivez, soberbia, desprecio por los subordinados y abusos intolerables que han acabado siempre con bajas por enfermedad, despidos o expedientes. Ocurrió en el Cabildo, ocurrió en Proexca y vuelve a ocurrir ahora en el Servicio Municipal de Limpieza.