El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Otro cura friqui en Santa Lucía
Creíamos que Fernando Báez, Swami Santana, experto en organizar excursiones infantiles, era el único cura friqui que tenía la Diócesis Canariensis (con perdón por lo de Diócesis). Báez, siempre embutido en ese jersey amarillo que lo hace asemejarse más a Bob Esponja que a un siervo de Dios, va por el mundo imitando al Padre Apeles, rajando contra gobiernos municipales que regalan condones en Carnaval o contra homosexuales que deciden casarse en aplicación de una ley de los hombres nada divina. Se lo tendrá que hacer mirar. Más al sur de Gran Canaria nos hemos encontrado con otro ejemplar de sacerdote adscrito a la Teología de la Tergiversación, consistente en confundir la sagrada tarea pastoral encomendada con el mundano pastoreo de borregos y la administración de los bienes de la Iglesia con irse de cacería al cortijo del marqués de Gruñón. Se llama Alejandro Santana, y ha sido amonestado por el vicario por haberse dedicado en su perfil de Facebook a la nada piadosa tarea de difundir las grabaciones telefónicas privadas del alcalde tirajanero captadas por la Guardia Civil en el marco de una investigación judicial. Se lo estaremos contando estos días en este periódico porque la cosa pueda acabar realmente mal para: a) los que grabaron y no destruyeron conversaciones inservibles para la causa; b) los que las pasaron a un concejal de La Fortaleza; c) los que las distribuyeron por correo electrónico; d) los que las difundieron a través de megafonía por todo el municipio... Y f) para el cura Santana, que va a tener que confesarse y todo.
Creíamos que Fernando Báez, Swami Santana, experto en organizar excursiones infantiles, era el único cura friqui que tenía la Diócesis Canariensis (con perdón por lo de Diócesis). Báez, siempre embutido en ese jersey amarillo que lo hace asemejarse más a Bob Esponja que a un siervo de Dios, va por el mundo imitando al Padre Apeles, rajando contra gobiernos municipales que regalan condones en Carnaval o contra homosexuales que deciden casarse en aplicación de una ley de los hombres nada divina. Se lo tendrá que hacer mirar. Más al sur de Gran Canaria nos hemos encontrado con otro ejemplar de sacerdote adscrito a la Teología de la Tergiversación, consistente en confundir la sagrada tarea pastoral encomendada con el mundano pastoreo de borregos y la administración de los bienes de la Iglesia con irse de cacería al cortijo del marqués de Gruñón. Se llama Alejandro Santana, y ha sido amonestado por el vicario por haberse dedicado en su perfil de Facebook a la nada piadosa tarea de difundir las grabaciones telefónicas privadas del alcalde tirajanero captadas por la Guardia Civil en el marco de una investigación judicial. Se lo estaremos contando estos días en este periódico porque la cosa pueda acabar realmente mal para: a) los que grabaron y no destruyeron conversaciones inservibles para la causa; b) los que las pasaron a un concejal de La Fortaleza; c) los que las distribuyeron por correo electrónico; d) los que las difundieron a través de megafonía por todo el municipio... Y f) para el cura Santana, que va a tener que confesarse y todo.