Un curso de manipuladores

No descansa en paz el mundo de la formación no reglada, que anda muy asociado y atento a las cosas que ocurren. Pintan bastos desde la llegada de la nueva directora del Servicio Canario de Empleo, Juliana García, que no mueve un papel y tiene colapsada la actividad, como acabamos de contarles con detalle. Y si el servicio no funciona, las academias se resienten, despiden personal y se endeudan peligrosamente. Mal momento para provocaciones o, al menos, para extrañas situaciones. Este martes, mismamente, la asociación de centros de formación no reglada metió en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria un curioso escrito exigiendo que se investiguen unos cursos de manipuladores de alimentos que se anuncian mediante un cartel pegado en una ventana en una oficina de la calle Olof Palme. Si se confirman las sospechas de tal asociación, los cursos no cuentan con todas las bendiciones legales para celebrarse en un centro no autorizado, pero lo más grave: la titular de la oficina donde se imparten es una concejala del Ayuntamiento. Y no precisamente del grupo de gobierno.

No descansa en paz el mundo de la formación no reglada, que anda muy asociado y atento a las cosas que ocurren. Pintan bastos desde la llegada de la nueva directora del Servicio Canario de Empleo, Juliana García, que no mueve un papel y tiene colapsada la actividad, como acabamos de contarles con detalle. Y si el servicio no funciona, las academias se resienten, despiden personal y se endeudan peligrosamente. Mal momento para provocaciones o, al menos, para extrañas situaciones. Este martes, mismamente, la asociación de centros de formación no reglada metió en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria un curioso escrito exigiendo que se investiguen unos cursos de manipuladores de alimentos que se anuncian mediante un cartel pegado en una ventana en una oficina de la calle Olof Palme. Si se confirman las sospechas de tal asociación, los cursos no cuentan con todas las bendiciones legales para celebrarse en un centro no autorizado, pero lo más grave: la titular de la oficina donde se imparten es una concejala del Ayuntamiento. Y no precisamente del grupo de gobierno.