El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Es que ya no da más de sí
Por cargarse se carga hasta los tópicos. La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria logró este fin de semana acabar con esa cualidad que siempre se dijo que adornaba a los canarios: un pueblo acogedor y hospitalario que trata a sus huéspedes con mucho respeto. Pepa Luzardo, en aplicación de sus caprichos de niña malcriada, de política soberbia e intolerante, empañó los actos oficiales de reapertura del teatro Pérez Galdós por su empeño en ser algo que nunca será: la reina. Empezamos a sospechar, visto lo visto, que el desliz del “besamanos” que se coló en el programa oficial de actos no fue tan involuntario sino que muy probablemente respondió a que esa y no otra fue la terminología empleada por la alcaldesa para ordenar a los suyos que en todo momento se le rindiera tributo a lo largo y ancho de los fastos inaugurales.
Por cargarse se carga hasta los tópicos. La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria logró este fin de semana acabar con esa cualidad que siempre se dijo que adornaba a los canarios: un pueblo acogedor y hospitalario que trata a sus huéspedes con mucho respeto. Pepa Luzardo, en aplicación de sus caprichos de niña malcriada, de política soberbia e intolerante, empañó los actos oficiales de reapertura del teatro Pérez Galdós por su empeño en ser algo que nunca será: la reina. Empezamos a sospechar, visto lo visto, que el desliz del “besamanos” que se coló en el programa oficial de actos no fue tan involuntario sino que muy probablemente respondió a que esa y no otra fue la terminología empleada por la alcaldesa para ordenar a los suyos que en todo momento se le rindiera tributo a lo largo y ancho de los fastos inaugurales.