El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Decepciones majoreras
En La Oliva reina el desencanto. La temporada en el banquillo de González Arroyo se acaba, al parecer porque ya está bien de ayuno y porque la alcaldesa de La Oliva, Claudina Morales, es lo que se pudiera decir una gran decepción. Si lo que se quería es un modo distinto de hacer política, la señora Morales ha sido más de lo mismo, eso sí, sin igualar al incomparable marqués en comportamientos insoportables. Si lo que se demandaba era una política del territorio, nada de nada. Si lo que se soñaba era un marco de colaboración con la iniciativa privada, una taza de sectarismo. Y los vecinos, con la margarita entre lo peor conocido y lo malo conocido. Para colmo, si se mira al Cabildo, un escalofrío se agarra al majorero bien nacido. Mario Cabrera se equivoca hasta con las cabras. Habrá que volver a tener paciencia.
En La Oliva reina el desencanto. La temporada en el banquillo de González Arroyo se acaba, al parecer porque ya está bien de ayuno y porque la alcaldesa de La Oliva, Claudina Morales, es lo que se pudiera decir una gran decepción. Si lo que se quería es un modo distinto de hacer política, la señora Morales ha sido más de lo mismo, eso sí, sin igualar al incomparable marqués en comportamientos insoportables. Si lo que se demandaba era una política del territorio, nada de nada. Si lo que se soñaba era un marco de colaboración con la iniciativa privada, una taza de sectarismo. Y los vecinos, con la margarita entre lo peor conocido y lo malo conocido. Para colmo, si se mira al Cabildo, un escalofrío se agarra al majorero bien nacido. Mario Cabrera se equivoca hasta con las cabras. Habrá que volver a tener paciencia.