El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
No denunciado, no investigado
La sentencia sobre el caso del topógrafo de La Oliva contiene un par de párrafos que requieren ser muy tenidos en cuenta por los ciudadanos, por las Administraciones públicas y por la propia Justicia. Dice el ponente de la sentencia que parece increíble que el asunto no haya llegado a los juzgados antes cuando era un clamor en La Oliva que su alcalde, Domingo González Arroyo, del PP, había contratado a su yerno como topógrafo sabiendo que no reunía los requisitos legales para producir tal contratación. Nos alegramos de tan sesuda conclusión, que automáticamente nos debe llevar a preguntarnos qué pasa con todos los escándalos políticos y empresariales que son un clamor y que se conocen de modo cierto en las redacciones de los periódicos, en las peluquerías, en los bares, en los bulevares, en las comisarías de Policía y hasta en los Juzgados. Lo que no se denuncia en esta tierra no existe, y no todo lo que se denuncia camina por los mismos derroteros. Luego, felicitamos por sus buenas intenciones al autor de la sentencia, pero nos cuesta mucho trabajo creerle.
La sentencia sobre el caso del topógrafo de La Oliva contiene un par de párrafos que requieren ser muy tenidos en cuenta por los ciudadanos, por las Administraciones públicas y por la propia Justicia. Dice el ponente de la sentencia que parece increíble que el asunto no haya llegado a los juzgados antes cuando era un clamor en La Oliva que su alcalde, Domingo González Arroyo, del PP, había contratado a su yerno como topógrafo sabiendo que no reunía los requisitos legales para producir tal contratación. Nos alegramos de tan sesuda conclusión, que automáticamente nos debe llevar a preguntarnos qué pasa con todos los escándalos políticos y empresariales que son un clamor y que se conocen de modo cierto en las redacciones de los periódicos, en las peluquerías, en los bares, en los bulevares, en las comisarías de Policía y hasta en los Juzgados. Lo que no se denuncia en esta tierra no existe, y no todo lo que se denuncia camina por los mismos derroteros. Luego, felicitamos por sus buenas intenciones al autor de la sentencia, pero nos cuesta mucho trabajo creerle.