El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Denuncian enchufismo y se lo tragan
Hace poco más de una semana, el presidente del Cabildo grancanario, José Miguel Pérez, fue requerido por Pepa Luzardo, del PP, para que le confirmara si era verdad que el director de CANARIAS AHORA, Carlos Sosa, iba a trabajar como director de comunicación de la institución. La respuesta, acompañada de una cara de perplejidad bastante elocuente, fue negativa. Pérez respondió a Luzardo con otra pregunta: y tú, ¿de dónde has sacado tamaño disparate? La ex alcaldesa le dijo que lo había escuchado en una emisora underground y leído en el periódico Canarias7. La explicación hay que encontrarla en el periodismo creativo: la radio del extrarradio y el periódico de García decidieron inventarse que Carlos Sosa estaba detrás de la empresa Óptima Publicidad, que este miércoles resultó adjudicataria de un concurso de asesoramiento de comunicación para el Cabildo de Gran Canaria. Sin el menor contraste, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, se lanzaron por esos derroteros. La realidad es muy puñetera, y se la han tenido que tragar este miércoles.
Hace poco más de una semana, el presidente del Cabildo grancanario, José Miguel Pérez, fue requerido por Pepa Luzardo, del PP, para que le confirmara si era verdad que el director de CANARIAS AHORA, Carlos Sosa, iba a trabajar como director de comunicación de la institución. La respuesta, acompañada de una cara de perplejidad bastante elocuente, fue negativa. Pérez respondió a Luzardo con otra pregunta: y tú, ¿de dónde has sacado tamaño disparate? La ex alcaldesa le dijo que lo había escuchado en una emisora underground y leído en el periódico Canarias7. La explicación hay que encontrarla en el periodismo creativo: la radio del extrarradio y el periódico de García decidieron inventarse que Carlos Sosa estaba detrás de la empresa Óptima Publicidad, que este miércoles resultó adjudicataria de un concurso de asesoramiento de comunicación para el Cabildo de Gran Canaria. Sin el menor contraste, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, se lanzaron por esos derroteros. La realidad es muy puñetera, y se la han tenido que tragar este miércoles.