Deprimir sin esperar

Antes del aplausómetro y de que la alcaldesa se codee con lo más granado de la arquitectura universal, la Autoridad Portuaria sacará a concurso (de aquella manera) una asistencia técnica para deprimir la autovía, lo cual no sólo crea confusión, sino que tiene mucha coña. A ver, que nos expliquen: ¿Cómo antes de tener el modelo, la idea final y los accesos a la autovía, por estrecho que sea el istmo, van a proyectar la depresión? Gente de la Autoridad Portuaria, junto a Julio Molo y Pantaleón, ya fueron a ver algo similar a Vigo. Entre ostras y almejas ejecutaban el encargo que ya sabemos y que es lo común en el decadente régimen soriano: los concursos están sólo para los tontos que respetan la Ley. Ellos contratan a quien quieren.

Antes del aplausómetro y de que la alcaldesa se codee con lo más granado de la arquitectura universal, la Autoridad Portuaria sacará a concurso (de aquella manera) una asistencia técnica para deprimir la autovía, lo cual no sólo crea confusión, sino que tiene mucha coña. A ver, que nos expliquen: ¿Cómo antes de tener el modelo, la idea final y los accesos a la autovía, por estrecho que sea el istmo, van a proyectar la depresión? Gente de la Autoridad Portuaria, junto a Julio Molo y Pantaleón, ya fueron a ver algo similar a Vigo. Entre ostras y almejas ejecutaban el encargo que ya sabemos y que es lo común en el decadente régimen soriano: los concursos están sólo para los tontos que respetan la Ley. Ellos contratan a quien quieren.