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Y el desafecto termina en el 'mamotreto'

Volvamos al “conceto”, que diría el genial Manquiña en Airbag. Que no es otra cosa que el desafecto, término más franquista que el delito que lo señalaba: desafecto al Régimen. Y de regímenes, en este caso de bravucones, está atestada la isla de Gran Canaria, hasta el punto de que si alguien piensa -cuidado con pensar más de la cuenta- que Soria trabaja para Repsol en vez de por el interés general de los canarios, en un pueblo de los que votan sí o sí al PP porque el PIB es lo que manda, como es Santa Brígida, sus vecinos deberían preguntar ya en voz alta para quién trabaja el alcalde, Lucas Bravo de Laguna, cuando va a trabajar y la obra del pabellón del Mundobasket le deja, claro. Porque culebrones como el mamotreto, ese centro comercial a medio construir en pleno centro de la Villa, son los que generan un día sí y otro también más desafectos, pero a la política en general, con todos sus riesgos de correajes y azules. Tiene el Ayuntamiento de Santa Brígida, y además desde hace años, la posibilidad de denunciar a la UTE adjudicataria del proyecto por incumplimiento de contrato para así resolver a su favor, a favor del erario público, la concesión administrativa que data de 2003, y de paso evitarse la tremenda reclamación patrimonial de FCC al Consistorio de Bravo de Laguna. Y nada, como quien oye llover o quiere emular a Soria, aunque no vayan de la manita en 2015. La cuestión empieza a ser mosqueante, y este miércoles lo denunciaba Cambio por Sataute: si el alcalde de Santa Brígida no ha ejecutado el incumplimiento de contrato de la UTE por haber paralizado la obra hace años de motu proprio, ¿qué intereses está defendiendo al frente de la Corporación? ¿Los del erario público o los de la reclamación patrimonial a la que no se enfrenta con todas las de la Ley? Dios los cría, madre. Y eso que no les hemos presentado todavía a su socio chino...

Volvamos al “conceto”, que diría el genial Manquiña en Airbag. Que no es otra cosa que el desafecto, término más franquista que el delito que lo señalaba: desafecto al Régimen. Y de regímenes, en este caso de bravucones, está atestada la isla de Gran Canaria, hasta el punto de que si alguien piensa -cuidado con pensar más de la cuenta- que Soria trabaja para Repsol en vez de por el interés general de los canarios, en un pueblo de los que votan sí o sí al PP porque el PIB es lo que manda, como es Santa Brígida, sus vecinos deberían preguntar ya en voz alta para quién trabaja el alcalde, Lucas Bravo de Laguna, cuando va a trabajar y la obra del pabellón del Mundobasket le deja, claro. Porque culebrones como el mamotreto, ese centro comercial a medio construir en pleno centro de la Villa, son los que generan un día sí y otro también más desafectos, pero a la política en general, con todos sus riesgos de correajes y azules. Tiene el Ayuntamiento de Santa Brígida, y además desde hace años, la posibilidad de denunciar a la UTE adjudicataria del proyecto por incumplimiento de contrato para así resolver a su favor, a favor del erario público, la concesión administrativa que data de 2003, y de paso evitarse la tremenda reclamación patrimonial de FCC al Consistorio de Bravo de Laguna. Y nada, como quien oye llover o quiere emular a Soria, aunque no vayan de la manita en 2015. La cuestión empieza a ser mosqueante, y este miércoles lo denunciaba Cambio por Sataute: si el alcalde de Santa Brígida no ha ejecutado el incumplimiento de contrato de la UTE por haber paralizado la obra hace años de motu proprio, ¿qué intereses está defendiendo al frente de la Corporación? ¿Los del erario público o los de la reclamación patrimonial a la que no se enfrenta con todas las de la Ley? Dios los cría, madre. Y eso que no les hemos presentado todavía a su socio chino...