Detención en Fénix (Arizona)

Vaya por delante lo que siempre tiene que ir por delante en estos casos, y es la presunción de inocencia. Ya se sabe que en Estados Unidos lo mismo te empaquetan por inflar las ganancias en la Bolsa que por una felación de saldo en un coche. Pero no podemos pasar por alto, de ningún modo, la noticia del fin de semana, que no es otra que la detención en Phoenix, o Fénix, Arizona, del hijo del presidente de Recreativos Franco, Joaquín Franco, al que acusan de varios delitos por los que ya le han exigido el pago de una fianza de un millón dólares y por los que le podían caer hasta quince años de cárcel. Las acusaciones son de gravedad, dada la actividad a la que se dedica la empresa: sobornar a un funcionario del Departamento de Juegos de Azar del estado de Arizona y alteración de computadoras, fraude y robo a la empresa Visix Gaming, con la que Recreativos Franco planeaba fusionarse. La noticia sentó como una bomba en Canarias, especialmente en la zona de Meloneras. Ya se imaginarán por qué.

Vaya por delante lo que siempre tiene que ir por delante en estos casos, y es la presunción de inocencia. Ya se sabe que en Estados Unidos lo mismo te empaquetan por inflar las ganancias en la Bolsa que por una felación de saldo en un coche. Pero no podemos pasar por alto, de ningún modo, la noticia del fin de semana, que no es otra que la detención en Phoenix, o Fénix, Arizona, del hijo del presidente de Recreativos Franco, Joaquín Franco, al que acusan de varios delitos por los que ya le han exigido el pago de una fianza de un millón dólares y por los que le podían caer hasta quince años de cárcel. Las acusaciones son de gravedad, dada la actividad a la que se dedica la empresa: sobornar a un funcionario del Departamento de Juegos de Azar del estado de Arizona y alteración de computadoras, fraude y robo a la empresa Visix Gaming, con la que Recreativos Franco planeaba fusionarse. La noticia sentó como una bomba en Canarias, especialmente en la zona de Meloneras. Ya se imaginarán por qué.