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Diecinueve testigos en seis horitas de juicio

El juicio penal sobre el mamotreto de Santa Brígida, ese inmenso centro comercial cuyas obras andan paradas hormigón vista en medio del casco, duró seis horas, a lo largo de las cuales depusieron diecinueve testigos, entre ellos el denunciante que dejó de serlo, Antonio Ramírez. También desfilaron por el estrado habituales de los juzgados como Carlos Sánchez o Marcelino López Peraza, y hasta una juez sustituta, hoy asesora personal del alcalde de Santa Brígida, que tuvo que ir corriendo a su casa a buscar su DNI. De todos esos testigos, catorce fueron propuestos por el Ministerio Fiscal y cinco por las defensas de los acusados. Muy llamativo, como siempre, el famoso López Peraza, secretario municipal que fue de este Ayuntamiento, entre otros, al que el abogado Francisco Mazorra, defensor de Antonio Díaz, pilló en alguna que otra contradicción que los presentes más bien calificaron de mentiras. Vamos, lo que se llama un fedatario público con todas las de la ley.

El juicio penal sobre el mamotreto de Santa Brígida, ese inmenso centro comercial cuyas obras andan paradas hormigón vista en medio del casco, duró seis horas, a lo largo de las cuales depusieron diecinueve testigos, entre ellos el denunciante que dejó de serlo, Antonio Ramírez. También desfilaron por el estrado habituales de los juzgados como Carlos Sánchez o Marcelino López Peraza, y hasta una juez sustituta, hoy asesora personal del alcalde de Santa Brígida, que tuvo que ir corriendo a su casa a buscar su DNI. De todos esos testigos, catorce fueron propuestos por el Ministerio Fiscal y cinco por las defensas de los acusados. Muy llamativo, como siempre, el famoso López Peraza, secretario municipal que fue de este Ayuntamiento, entre otros, al que el abogado Francisco Mazorra, defensor de Antonio Díaz, pilló en alguna que otra contradicción que los presentes más bien calificaron de mentiras. Vamos, lo que se llama un fedatario público con todas las de la ley.