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Don Luis Vila al aparato

Se nos había ido el baifo pero, tres días después, nos hacemos eco de un interesante episodio vivido por los espectadores de Televisión Canaria en uno de sus informativos. Se disponían a entrevistar al director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Luis Vila, del PP, sector marquesado, a cuenta de la noticia más comentada los últimos días, la posibilidad de algún movimiento sísmico de cierta importancia en Canarias. Cuando ya tenían al alto cargo al otro lado del teléfono, la presentadora trata de confirmar su identidad, por aquello de no patinar mucho. La respuesta fue contundente: “Soy el director general de Seguridad y Emergencias, don Luis Vila”. Puede que el “don” provenga de tres influencias distintas, o de todas ellas a la vez: a) que el tal Vila tenga la autotestima por las nubes; b) que le influya notablemente su pertenencia al sector del marquesado de La Oliva, donde un caballero es un caballero, y c) que ese tratamiento de fina estampa sea contagiado por la cercanía de otro alto cargo, el jefe del 1-1-2, Hernández Vulcan, todo un gentleman.

Se nos había ido el baifo pero, tres días después, nos hacemos eco de un interesante episodio vivido por los espectadores de Televisión Canaria en uno de sus informativos. Se disponían a entrevistar al director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Luis Vila, del PP, sector marquesado, a cuenta de la noticia más comentada los últimos días, la posibilidad de algún movimiento sísmico de cierta importancia en Canarias. Cuando ya tenían al alto cargo al otro lado del teléfono, la presentadora trata de confirmar su identidad, por aquello de no patinar mucho. La respuesta fue contundente: “Soy el director general de Seguridad y Emergencias, don Luis Vila”. Puede que el “don” provenga de tres influencias distintas, o de todas ellas a la vez: a) que el tal Vila tenga la autotestima por las nubes; b) que le influya notablemente su pertenencia al sector del marquesado de La Oliva, donde un caballero es un caballero, y c) que ese tratamiento de fina estampa sea contagiado por la cercanía de otro alto cargo, el jefe del 1-1-2, Hernández Vulcan, todo un gentleman.