El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Don Pepito se cree Churchill
“Estamos en guerra, lo repetimos. Y como dijo Churchill durante la Batalla de Inglaterra, la guerra ha empezado cuando Hitler ha querido, pero terminará cuando nosotros queramos. Esta contienda desleal ha empezado cuando ha querido Paulino Rivero, pero no terminará hasta que José Rodríguez lo estime oportuno”. La proclama es del mismísimo José Rodríguez Ramírez, y está escrita en el editorial de El Día, su periódico, de este pasado sábado. Don Pepito ya no se corta. Tanto el sábado como el domingo volvió a cargar contra Paulino Rivero amenazándole con todo tipo de calamidades si no cede la presidencia del Gobierno a José Manuel Soria y se marcha para su casa. Le amenaza con todo, pero especialmente con publicarle cosas que el insigne editor independentista considera gravísimas para la buena imagen del presidente en funciones del Gobierno. La presión es intolerable y es una pieza más de las que está moviendo Soria para impedir un pacto entre el PSOE y Coalición Canaria. Dicen desde el entorno de Rivero que aguantará el órdago, que difícilmente un editor echado al monte puede torcer la voluntad de dos partidos democráticos. Se cree Churchill frente a Hitler, una ensoñación más de las suyas, una distorsión de su propio espejo. Luego vendrán los arrepentimientos, ya verán, que no está el editor para ponerse frente a todos los poderes institucionales canarios. Pero quizás entonces sea demasiado tarde para volver a hincarse de rodillas y obtener el perdón por tantas ofensas.
“Estamos en guerra, lo repetimos. Y como dijo Churchill durante la Batalla de Inglaterra, la guerra ha empezado cuando Hitler ha querido, pero terminará cuando nosotros queramos. Esta contienda desleal ha empezado cuando ha querido Paulino Rivero, pero no terminará hasta que José Rodríguez lo estime oportuno”. La proclama es del mismísimo José Rodríguez Ramírez, y está escrita en el editorial de El Día, su periódico, de este pasado sábado. Don Pepito ya no se corta. Tanto el sábado como el domingo volvió a cargar contra Paulino Rivero amenazándole con todo tipo de calamidades si no cede la presidencia del Gobierno a José Manuel Soria y se marcha para su casa. Le amenaza con todo, pero especialmente con publicarle cosas que el insigne editor independentista considera gravísimas para la buena imagen del presidente en funciones del Gobierno. La presión es intolerable y es una pieza más de las que está moviendo Soria para impedir un pacto entre el PSOE y Coalición Canaria. Dicen desde el entorno de Rivero que aguantará el órdago, que difícilmente un editor echado al monte puede torcer la voluntad de dos partidos democráticos. Se cree Churchill frente a Hitler, una ensoñación más de las suyas, una distorsión de su propio espejo. Luego vendrán los arrepentimientos, ya verán, que no está el editor para ponerse frente a todos los poderes institucionales canarios. Pero quizás entonces sea demasiado tarde para volver a hincarse de rodillas y obtener el perdón por tantas ofensas.