Cómo echar a un jefe de servicio

Hay marejada, con áreas de fuerte marejada, en la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales, y más concretamente en el área de Protección del Menor y la Familia, de la que es director José Luis Arregui. Un jefe de servicio que estaba resultando al parecer incómodo, José Henríquez, responsable del área de Programas de Adopción, ha sido destituido de un plumazo como si de un entrenador de fútbol se tratara. No gustaban sus formas, indican en los ambientes que de esto conocen, quizás porque era más exigente de lo debido a la hora de propiciar asuntos tan delicados como las adopciones. Otros que también saben del caso hablan de un intento de la consejera Marisa Zamora de desmantelar el servicio para trasladarlo a Tenerife. De hecho, tras la destitución del jefe de servicio, sus funciones las ha asumido una homóloga, la responsable de Inmigración, que tiene su puesto de trabajo en Santa Cruz. Para tapar la patada en el trasero, la consejería lo ha camuflado todo en una suerte de “petición propia” del funcionario, cosa que es incierta porque hasta se negó a firmar los papeles que le pusieron delante.

Hay marejada, con áreas de fuerte marejada, en la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales, y más concretamente en el área de Protección del Menor y la Familia, de la que es director José Luis Arregui. Un jefe de servicio que estaba resultando al parecer incómodo, José Henríquez, responsable del área de Programas de Adopción, ha sido destituido de un plumazo como si de un entrenador de fútbol se tratara. No gustaban sus formas, indican en los ambientes que de esto conocen, quizás porque era más exigente de lo debido a la hora de propiciar asuntos tan delicados como las adopciones. Otros que también saben del caso hablan de un intento de la consejera Marisa Zamora de desmantelar el servicio para trasladarlo a Tenerife. De hecho, tras la destitución del jefe de servicio, sus funciones las ha asumido una homóloga, la responsable de Inmigración, que tiene su puesto de trabajo en Santa Cruz. Para tapar la patada en el trasero, la consejería lo ha camuflado todo en una suerte de “petición propia” del funcionario, cosa que es incierta porque hasta se negó a firmar los papeles que le pusieron delante.