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Un embargo en 2007

La Ley de Minas, en vigor cuando Luis Soria otorgó su graciosa autorización minera a Cabo Verde, S.A., recoge que el titular peticionario ha de acreditar solvencia técnica y económica, cosa que no consta por ningún lado en el expediente administrativo en el que se basó Industria para aquella concesión. Sí obra en el expediente, sin embargo, un auto de fecha 3 de julio de 2007, dictado por el Juzgado de Instrucción número 12 de Las Palmas de Gran Canaria, por el que se embargaba a Canteras Cabo Verde, S.A. bienes por importe de 164.671,75 euros en favor de la Caja Rural de Canarias. También aparece en el expediente una notificación de embargo de 18 de diciembre de 1995 interesada por la Tesorería de la Seguridad Social por importe de 85.266.858 pesetas, más de 506.000 euros. Ni rastro en todo el expediente de una certificación de solvencia económica, tal y como prescribe la citada Ley de Minas. Y Luis Soria atendió todas y cada una de las peticiones de la empresa. Luego vino su tío Antonio a decir que aquella concesión vale 101 millones y que lo tenemos que pagar con el dinero de todos.

La Ley de Minas, en vigor cuando Luis Soria otorgó su graciosa autorización minera a Cabo Verde, S.A., recoge que el titular peticionario ha de acreditar solvencia técnica y económica, cosa que no consta por ningún lado en el expediente administrativo en el que se basó Industria para aquella concesión. Sí obra en el expediente, sin embargo, un auto de fecha 3 de julio de 2007, dictado por el Juzgado de Instrucción número 12 de Las Palmas de Gran Canaria, por el que se embargaba a Canteras Cabo Verde, S.A. bienes por importe de 164.671,75 euros en favor de la Caja Rural de Canarias. También aparece en el expediente una notificación de embargo de 18 de diciembre de 1995 interesada por la Tesorería de la Seguridad Social por importe de 85.266.858 pesetas, más de 506.000 euros. Ni rastro en todo el expediente de una certificación de solvencia económica, tal y como prescribe la citada Ley de Minas. Y Luis Soria atendió todas y cada una de las peticiones de la empresa. Luego vino su tío Antonio a decir que aquella concesión vale 101 millones y que lo tenemos que pagar con el dinero de todos.