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Encerrona en Las Teresitas

Una cosa es que al personal le guste la playa y otra es que se la tenga que tragar por fuerza hasta las once y media de la noche. Ocurrió, sin ir más lejos, la tarde de este domingo en la muy santacrucera playa de Las Teresitas. A eso de las ocho y cuarto de la noche, según cuentan testigos presenciales, la Policía Local cerró el único acceso de que dispone la playa, lo que significó que ninguno de los coches que había entrado podía salir. La única opción, claro, era irse a patitas y dejar los vehículos allí toda la noche, una idea que no agradaba en absoluto a la concurrencia, máxime teniendo en cuenta la distancia entre la playa y el centro urbano. Entre los afectados, como se imaginarán, había familias enteras con niños, personas mayores, algunas en sillas de rueda, y para colmo, ni un kiosko donde comprar una botellita de agua.

Una cosa es que al personal le guste la playa y otra es que se la tenga que tragar por fuerza hasta las once y media de la noche. Ocurrió, sin ir más lejos, la tarde de este domingo en la muy santacrucera playa de Las Teresitas. A eso de las ocho y cuarto de la noche, según cuentan testigos presenciales, la Policía Local cerró el único acceso de que dispone la playa, lo que significó que ninguno de los coches que había entrado podía salir. La única opción, claro, era irse a patitas y dejar los vehículos allí toda la noche, una idea que no agradaba en absoluto a la concurrencia, máxime teniendo en cuenta la distancia entre la playa y el centro urbano. Entre los afectados, como se imaginarán, había familias enteras con niños, personas mayores, algunas en sillas de rueda, y para colmo, ni un kiosko donde comprar una botellita de agua.