El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Engordar el Gobierno y bajar impuestos
“Si subir los impuestos no garantiza un mejor servicio público, bajarlos tampoco garantiza lo contrario”. Esta frase es la que empleó este martes Fernando Clavijo, presidente en puertas de Canarias, en su discurso de investidura ante el Parlamento regional. Es economista y asegura que bajar los impuestos, es decir, reducir la recaudación de la hacienda pública, los recursos que han de destinarse a prestar servicios públicos, no equivale necesariamente a que estos pasen a estar peor dotados.
Es una de las frases del discurso liberal que ha abrazado desde hace tiempo ya el candidato de Coalición Canaria y que ahora defiende incluso con cierta pasión ante su socio local y previsiblemente nacional, el Partido Popular, para profundizar en la sintonía que le permita acabar sin sobresaltos la legislatura que acaba de empezar, la undécima en Canarias.
Clavijo anuncia una bajada del IGIC del 7 al 5% en su deseo de que las familias, los emprendedores y las empresas canarias tengan un desahogo ante las apreturas de esta crisis, originada por la guerra en Ucrania. Dijo en la tribuna de oradores que es un impuesto injusto porque, al ser sobre el consumo, lo pagan igual las personas con pocos recursos que las millonarias. Y tiene razón. Del mismo modo que también lo pagan los 16 millones de turistas que vienen a consumir a Canarias, que en su totalidad desembarcan por aquí acostumbrados a pagar impuestos sobre el valor añadido por encima del 21%.
El pasado día 10 de julio hice una compra en un popular supermercado de bajo coste, una compra mayoritariamente de productos de alimentación y poca cosa de perfumería. En total, 80,83 euros. Por ese importe pagué en caja con mi tarjeta de débito exactamente 12 céntimos en concepto de Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), los que correspondieron a un gravamen del 3% sobre uno de un producto de 4,08 euros. El resto de la compra estaba exenta del impuesto por tratarse de productos de primera necesidad.
Un día antes, el domingo, me permití el lujo de encargar un arroz negro en un conocido restaurante de mi ciudad, en total 35,74 euros, por los que pagué un IGIC de 2,34 euros, un 7%. De haberse aplicado la rebaja que anuncia Clavijo, hubiera pagado por ese encargo 1,67, es decir, 67 céntimos de euro menos. 67 céntimos que aliviarían sin duda la economía de cualquier familia canaria. Y sin duda, animaría a miles y miles de turistas a venir más a Canarias a pedir muchos arroces negros.
Cosa distinta es que a mayor recaudación, mejores servicios públicos. Eso tiene que ver más con la gestión de los recursos con los que cuenta un Gobierno. Atribuir a los impuestos el incremento de las listas de espera es una falacia demagógica bastante inasumible a estas alturas. Las listas de espera sanitarias se han incrementado por el efecto perverso que ha tenido la pandemia, sin descartar no obstante que hubiera podido hacerse mejor.
El consejero de Sanidad que puso Fernando Clavijo en 2016, José Manuel Baltar, anunció urbi et orbi que él iba a acabar con ese problema de las listas de espera con 13 millones de euros. Tuvo muchísimos millones más a su disposición y no lo consiguió. Y eso que Clavijo, pudo haber rebajado el IGIC del 7 al 5% en aquel momento, corrigiendo la decisión de su antecesor y correligionario Paulino Rivero.
Hace mal el candidato en poner las listas de espera como ejemplo de correspondencia entre recaudación y gestión, y mucho menos anunciando un Gobierno que incrementará en tres consejerías (dos de facto más un comisionado para la defensa del REF) la estructura administrativa de Canarias, con los costes que eso conlleva.
Con estos mimbres resulta un poco atrevido presentarse ante el Parlamento de Canarias solicitando el respaldo de sus 70 señorías con el lema de “cambio de rumbo”. Un presidente que lo fue entre 2015 y 2019, que no consiguió mejorar los malos datos sociales y económicos de Canarias (lo que sí se consiguió en la X Legislatura) y que propone más de lo suyo, no tiene más crédito el que le dan ahora mismo las “matemáticas de Estado” del PP, que ya veremos si se mantienen tal cual después del 23 de junio.
Y una última consideración: por primera vez en la historia del Parlamento de Canarias, al menos hasta donde alcanza mi memoria, dos miembros de la Mesa de la Cámara rompieron la norma no escrita de la neutralidad y las buenas formas levantándose a aplaudir apasionadamente al líder. Lo hicieron Ana Oramas y Mario Cabrera al término del discurso de Fernando Clavijo. Vamos a tener una legislatura muy salsera, de eso no hay duda.
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