El ensayo canario del Premio Nacional de las Letras

Juan Goytisolo, nuevo premio nacional de las Letras 2008, visitó Canarias por última vez para inaugurar una exposición multidisciplinar del pintor José María Sicilia y el cantaor Enrique Morente acerca de Las Mil y una Noches, comisariada por Alicia Chillida en el CAAM. Parece ser que esa elección le costó el puesto, pues Chillida fue cesada por roces entre José Manuel Soria y el entonces consejero de Cultura, Pedro Luis Rosales, uno de los primeros defenestrados por el todopoderoso líder del PP. Pero es más desconocido que Juan Goytisolo ya había escrito antes sobre el archipiélago, y lo hizo en el libro España y sus Ejidos, donde narra los alarmistas gritos de los de siempre cuando llegaron a las islas los primeros miembros de la hoy próspera y emprendedora colonia hindú. Entonces surgió la xenofobia tanto o más que ahora, pero décadas después se diluyó como un azucarillo tras la integración. Tampoco tienen desperdicio sus alusiones a Antonio Cubillo y su “guanchismo”. Lectura recomendada para los actuales gestores de la inmigración, tanto políticos como técnicos. Evitarían muchas situaciones de ridículo cuando la historia pone a cada cual en su sitio.

Juan Goytisolo, nuevo premio nacional de las Letras 2008, visitó Canarias por última vez para inaugurar una exposición multidisciplinar del pintor José María Sicilia y el cantaor Enrique Morente acerca de Las Mil y una Noches, comisariada por Alicia Chillida en el CAAM. Parece ser que esa elección le costó el puesto, pues Chillida fue cesada por roces entre José Manuel Soria y el entonces consejero de Cultura, Pedro Luis Rosales, uno de los primeros defenestrados por el todopoderoso líder del PP. Pero es más desconocido que Juan Goytisolo ya había escrito antes sobre el archipiélago, y lo hizo en el libro España y sus Ejidos, donde narra los alarmistas gritos de los de siempre cuando llegaron a las islas los primeros miembros de la hoy próspera y emprendedora colonia hindú. Entonces surgió la xenofobia tanto o más que ahora, pero décadas después se diluyó como un azucarillo tras la integración. Tampoco tienen desperdicio sus alusiones a Antonio Cubillo y su “guanchismo”. Lectura recomendada para los actuales gestores de la inmigración, tanto políticos como técnicos. Evitarían muchas situaciones de ridículo cuando la historia pone a cada cual en su sitio.