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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

A especular

Nos envió este sábado un atento lector su opinión acerca de la información que publicamos sobre el repentino viaje de Manolo Torres a la Península por vía marítima. No entendía este lector la relevancia que dábamos a la noticia y nos criticaba por haber publicado la matrícula del coche del director de fútbol de la UD. En lo segundo le dimos la razón, e inmediatamente suprimimos ese dato de la información por ser irrelevante. Publicamos esa noticia y otras referidas al señor Torres porque el director de fútbol de la UD Las Palmas está puesto ahí por el Cabildo grancanario, apoyado por el Cabildo grancanario, defendido por el Cabildo grancanario y bendecido por el Cabildo grancanario (no tenemos confirmado que le termine pagando el Cabildo grancanario). Ocupa un puesto relevante en una sociedad anónima deportiva de trascendencia pública y está originando situaciones cuanto menos conflictivas en una entidad a la que todos los aficionados y no aficionados miran continuamente. Por tanto, que Torres se mande a mudar en estos momentos de modo bastante precipitado y sin que nadie sepa dar la más mínima explicación sobre el particular, es necesariamente noticia. Al menos para los periodistas que hacemos este periódico y para los miles de lectores que han consultado la noticia desde que la publicamos la tarde del sábado. Para colmo, ninguno de los portavoces de la UD, ni los oficiales ni los oficiosos, ha sabido dar explicación alguna, lo que equivale a alimentar la especulación. Y para especular tenemos algunas ideas.

Nos envió este sábado un atento lector su opinión acerca de la información que publicamos sobre el repentino viaje de Manolo Torres a la Península por vía marítima. No entendía este lector la relevancia que dábamos a la noticia y nos criticaba por haber publicado la matrícula del coche del director de fútbol de la UD. En lo segundo le dimos la razón, e inmediatamente suprimimos ese dato de la información por ser irrelevante. Publicamos esa noticia y otras referidas al señor Torres porque el director de fútbol de la UD Las Palmas está puesto ahí por el Cabildo grancanario, apoyado por el Cabildo grancanario, defendido por el Cabildo grancanario y bendecido por el Cabildo grancanario (no tenemos confirmado que le termine pagando el Cabildo grancanario). Ocupa un puesto relevante en una sociedad anónima deportiva de trascendencia pública y está originando situaciones cuanto menos conflictivas en una entidad a la que todos los aficionados y no aficionados miran continuamente. Por tanto, que Torres se mande a mudar en estos momentos de modo bastante precipitado y sin que nadie sepa dar la más mínima explicación sobre el particular, es necesariamente noticia. Al menos para los periodistas que hacemos este periódico y para los miles de lectores que han consultado la noticia desde que la publicamos la tarde del sábado. Para colmo, ninguno de los portavoces de la UD, ni los oficiales ni los oficiosos, ha sabido dar explicación alguna, lo que equivale a alimentar la especulación. Y para especular tenemos algunas ideas.