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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Fiesta infantil junto al Estadio

No fue una iniciativa de la catarsis amarilla para captar nuevos abonados, ni un intento de abrirse más a la sociedad en esa transparencia suya que tanto anuncian. La fiesta infantil que mucha gente vio desarrollarse el viernes en las inmediaciones del Estadio Insular era una actividad del colectivo Andersen de fomento de la literatura infantil y juvenil. Una asociación que estos días estrenó local, justo en los bajos del recinto deportivo de Ciudad Jardín llamado a ser, en un futuro no muy lejano, estrella y guía de la financiación de la Fundación que sostenga a la UD. Pero volviendo a la fiesta, los niños pudieron disfrutar de lo lindo con el inmortal cuento Alicia en el País de las Maravillas, puesto en escena con interactividad, así como con dos estupendos payasos que hicieron las delicias de los niños y de los que iban con los niños. Los payasos eran Fede y Leandro, de los que escucharemos hablar, seguro, y no los de la catarsis, malpensados.

No fue una iniciativa de la catarsis amarilla para captar nuevos abonados, ni un intento de abrirse más a la sociedad en esa transparencia suya que tanto anuncian. La fiesta infantil que mucha gente vio desarrollarse el viernes en las inmediaciones del Estadio Insular era una actividad del colectivo Andersen de fomento de la literatura infantil y juvenil. Una asociación que estos días estrenó local, justo en los bajos del recinto deportivo de Ciudad Jardín llamado a ser, en un futuro no muy lejano, estrella y guía de la financiación de la Fundación que sostenga a la UD. Pero volviendo a la fiesta, los niños pudieron disfrutar de lo lindo con el inmortal cuento Alicia en el País de las Maravillas, puesto en escena con interactividad, así como con dos estupendos payasos que hicieron las delicias de los niños y de los que iban con los niños. Los payasos eran Fede y Leandro, de los que escucharemos hablar, seguro, y no los de la catarsis, malpensados.