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Franquis perderá más

El resultado del pulso ejercido por la dirigencia socialista tinerfeña es que Javier Abreu ha quedado fuera de la Ejecutiva Regional, donde hasta ahora ocupaba la estratégica secretaría de Acción Electoral, y que en Ferraz perderá mucha consistencia política el alcalde de Adeje. Porque en Ferraz manda un tal Rubalcaba que se gozó en primera línea de fuego cómo fue de ilógico (por territorial y pueblerino) el planteamiento formulado por Tenerife para torcerle el brazo al secretario general con los 86 votos de la delegación. Pero quizás pueda considerarse el peor parado Sebastián Franquis, del que se encuadra desde este domingo ya de modo oficial entre los que han traicionado a José Miguel Pérez de una manera torpe e inexplicable. Franquis quiso castigar al secretario general dirigiendo gran parte de los votos de la delegación grancanaria en su contra con el único objetivo de que Pérez se plegara a negociar con él la composición de la Ejecutiva y un modelo de portavocía que le incluyera. Tampoco se plegó el líder regional de los socialistas canarios, y Franquis quedó fuera de la Ejecutiva regional, y no por deseo propio como sostiene, sino por imposición ajena. El secretario general de Las Palmas de Gran Canaria debe a José Miguel Pérez ser diputado nacional, plaza en la que lo colocó aún en contra del criterio de Rubalcaba, que ya se ocupó de recordárselo este fin de semana. Pronto se empezarán a ver los efectos de esa traición: Franquis perderá predicamento en el grupo parlamentario y, de manera inminente, la portavocía del PSOE en Las Palmas de Gran Canaria, donde puede que en breve empecemos a asistir a un destaponamiento histórico.

El resultado del pulso ejercido por la dirigencia socialista tinerfeña es que Javier Abreu ha quedado fuera de la Ejecutiva Regional, donde hasta ahora ocupaba la estratégica secretaría de Acción Electoral, y que en Ferraz perderá mucha consistencia política el alcalde de Adeje. Porque en Ferraz manda un tal Rubalcaba que se gozó en primera línea de fuego cómo fue de ilógico (por territorial y pueblerino) el planteamiento formulado por Tenerife para torcerle el brazo al secretario general con los 86 votos de la delegación. Pero quizás pueda considerarse el peor parado Sebastián Franquis, del que se encuadra desde este domingo ya de modo oficial entre los que han traicionado a José Miguel Pérez de una manera torpe e inexplicable. Franquis quiso castigar al secretario general dirigiendo gran parte de los votos de la delegación grancanaria en su contra con el único objetivo de que Pérez se plegara a negociar con él la composición de la Ejecutiva y un modelo de portavocía que le incluyera. Tampoco se plegó el líder regional de los socialistas canarios, y Franquis quedó fuera de la Ejecutiva regional, y no por deseo propio como sostiene, sino por imposición ajena. El secretario general de Las Palmas de Gran Canaria debe a José Miguel Pérez ser diputado nacional, plaza en la que lo colocó aún en contra del criterio de Rubalcaba, que ya se ocupó de recordárselo este fin de semana. Pronto se empezarán a ver los efectos de esa traición: Franquis perderá predicamento en el grupo parlamentario y, de manera inminente, la portavocía del PSOE en Las Palmas de Gran Canaria, donde puede que en breve empecemos a asistir a un destaponamiento histórico.