Fútbol sin radio y sin la autonómica

La crisis económica empieza a hacer mella en los contenidos de la radio pública canaria que, por primera vez en su corta historia, este domingo no ha viajado con el Club Deportivo Tenerife para retransmitir el partido de fútbol que el equipo disputó en San Sebastián de los Reyes (Madrid). Resulta curioso contemplar cómo la emisora se ha sumado decididamente a la reclamación ante la Liga de Fútbol Profesional para que se puedan retransmitir los partidos de 2ª A (donde juega la UD Las Palmas) y por motivos económicos termine desertando de la 2ª B (donde milita el Tenerife o el Vecindario). En su lugar, y en un gesto de inusitada cutrez tratándose del medio que se trata, la radio pública dio el partido del Tenerife con relatos producidos a través de la señal de la Televisión Canaria. De continuar el deterioro crecerán las voces que pedirán la disolución/privatización de los medios de comunicación públicos, tan necesarios para una sociedad tan fragmentada y tan surrealista como la nuestra siempre que las cosas se hagan con un mínimo de cabeza. Quizás antes de recortar en estos menesteres convenga revisar los motivos del déficit de esa emisora.

La crisis económica empieza a hacer mella en los contenidos de la radio pública canaria que, por primera vez en su corta historia, este domingo no ha viajado con el Club Deportivo Tenerife para retransmitir el partido de fútbol que el equipo disputó en San Sebastián de los Reyes (Madrid). Resulta curioso contemplar cómo la emisora se ha sumado decididamente a la reclamación ante la Liga de Fútbol Profesional para que se puedan retransmitir los partidos de 2ª A (donde juega la UD Las Palmas) y por motivos económicos termine desertando de la 2ª B (donde milita el Tenerife o el Vecindario). En su lugar, y en un gesto de inusitada cutrez tratándose del medio que se trata, la radio pública dio el partido del Tenerife con relatos producidos a través de la señal de la Televisión Canaria. De continuar el deterioro crecerán las voces que pedirán la disolución/privatización de los medios de comunicación públicos, tan necesarios para una sociedad tan fragmentada y tan surrealista como la nuestra siempre que las cosas se hagan con un mínimo de cabeza. Quizás antes de recortar en estos menesteres convenga revisar los motivos del déficit de esa emisora.