El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Gago, cada vez más lejos
Compareció este viernes pasado ante los juzgados de Telde y en calidad de querellado Antonio Uche, secretario de Comunicación del PP de Telde, para responder por una acción penal nuestra derivada de unos artículos que consideramos injuriosos y calumniosos. Cosas del Estado de Derecho, que nos permite también defendernos en sede juducial. Si bien es cierto que Uche ni siquiera se constituyó en el acto de conciliación previo a la querella, posiblemente porque eran tiempos en que se sentía fino y seguro, este viernes ya lo vimos un poco más remolón, echando la culpa del anónimo y panfletario artículo a un tal Víctor Rodríguez Gago. Pues sí, el liberalismo los une y el PP los separa. Ese mismo día nos enteramos por el conducto oficioso del PP que al tal Gago y a una de sus más fantasmagóricas colaboradoras le han dado otro empujoncito para que se coloque lo más lejos posible del líder por si se produjera o produjese la explosión que situaría en la antesala del despacho presidencial la comisión de algún delito de malversación de fondos públicos. O sea, que ya no le dejan que dirija la política clandestina de comunicación de la casa. Lo destituyen pero no nombran sucesor, lo que nos lleva a inclinarnos por el McGyver de siempre, por la navaja multiusos del macho de las cañadas, Luis Larry Álvarez. Le deseamos también mucha suerte en este cometido.
Compareció este viernes pasado ante los juzgados de Telde y en calidad de querellado Antonio Uche, secretario de Comunicación del PP de Telde, para responder por una acción penal nuestra derivada de unos artículos que consideramos injuriosos y calumniosos. Cosas del Estado de Derecho, que nos permite también defendernos en sede juducial. Si bien es cierto que Uche ni siquiera se constituyó en el acto de conciliación previo a la querella, posiblemente porque eran tiempos en que se sentía fino y seguro, este viernes ya lo vimos un poco más remolón, echando la culpa del anónimo y panfletario artículo a un tal Víctor Rodríguez Gago. Pues sí, el liberalismo los une y el PP los separa. Ese mismo día nos enteramos por el conducto oficioso del PP que al tal Gago y a una de sus más fantasmagóricas colaboradoras le han dado otro empujoncito para que se coloque lo más lejos posible del líder por si se produjera o produjese la explosión que situaría en la antesala del despacho presidencial la comisión de algún delito de malversación de fondos públicos. O sea, que ya no le dejan que dirija la política clandestina de comunicación de la casa. Lo destituyen pero no nombran sucesor, lo que nos lleva a inclinarnos por el McGyver de siempre, por la navaja multiusos del macho de las cañadas, Luis Larry Álvarez. Le deseamos también mucha suerte en este cometido.