El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Un Gobierno para los empresarios, ¡co-mo-tie-ne-que-ser!
Era difícil condensar en tan escueta intervención la filosofía que inspira al actual Gobierno de Canarias. Pero su alcalde-presidente lo consiguió, lo que demuestra que está mejorando a pasos agigantados: el Ejecutivo, efectivamente, legisla para los empresarios “porque son los empresarios los que crean empleo”. Y punto, sin matices, sin la más mínima concesión al amplio abanico de competencias que tiene una comunidad autónoma en la antesala del federalismo que irremediablemente se nos viene encima. “Para los empresarios”, oye. A su lado, en la bancada azul del Parlamento de Canarias, la vicepresidenta del Gobierno escuchaba al alcalde-presidente sin inmutarse, sin el más mínimo mohín, sin gesto alguno de sorpresa. “Gobernamos para los empresarios, Patricia, repite conmigo, para los empresarios” que son los que crean empleo. La misma vicepresidenta que es consejera con esas competencias, las de empleo, ¿o debemos devolver esa competencia una vez el alcalde-presidente se desentendió ante el pleno del Parlamento de cualquier competencia, influencia o responsabilidad en la mejora de los salarios de los habitantes de Canarias? No, no tenemos esa competencia, ni herramientas en las manos para fomentar un empleo de mejor calidad y salarios dignos. Somos la leche, vamos sobrados, somos capaces de tener el mejor régimen fiscal de España, pero esa competencia, mecachis en la mar, no la tenemos. Al contrario, explotamos publicitariamente que los trabajadores isleños sufren el salario medio más bajo de España –y por lo tanto, de Europa- para proclamar a los inversores internacionales que vengan por aquí porque esa es una ventaja competitiva innegable. Volvamos a los tiempos aquellos en los que José Carlos Mauricio tuvo la ocurrencia de proponer la singapurización de Canarias, idea aplaudida con las manos y con las orejas por el PP (Juanjo Cardona la recuperó no hace mucho); que el mundo entero sepa que con nuestro 30% de desempleo y más de 13 millones de turistas, somos los que menos cobramos y los que más paro tenemos de Europa.
Lo llama transparencia
Y lo llama, atención, “transparencia”. Vender como valor para la internacionalización los bajos salarios de los canarios lo llama nuestro alcalde-presidente “transparencia”. La transparencia, por si hay alguien de su entorno que le lea esto, se aplica en realidad sobre otros sueldos, sobre el de los cargos públicos, asesores y asimilados. El sueldo medio de los canarios no es transparencia, es una puñetera vergüenza sobre la que debería estar trabajando el Gobierno que preside, lo que resulta una petición absurda teniendo en cuenta sus propias afirmaciones: si se legisla para los empresarios, como reconoce en sede parlamentaria, difícilmente va a partir de este Gobierno una iniciativa en la que, por ejemplo, se ligue calidad turística a empleos estables y bien remunerados, o ventajas fiscales y administrativas a contratos con estándares europeos. Por el contrario, lo que prepara este Gobierno de Coalición Canaria con el PSOE, repetimos, con el PSOE, es una nueva legislación sobre el suelo que relaje las exigencias administrativas y de control público sobre el mismo, otra vez con la coartada de facilitar que los empresarios inviertan y creen empleo. Lo que prepara este Gobierno es la penetración del gas como combustible de transición (y si puede, hasta las incineradoras de biomasa) para volver a retrasar la implantación de las renovables. Y “demagogia”. Clavijo también llamó “demagogia” a la intervención del portavoz de Podemos, Juan Márquez, por haberse referido a esta comercialización de la desgracia salarial de los canarios. Y es demagogia, a los ojos del alcalde-presidente (con el silencio cómplice de la vicepresidenta) porque el partido de Márquez propugna que los cargos públicos no ganen más de 1.800 euros al mes de salario, lo que Clavijo había entendido –o eso al menos es lo que dijo- como el salario máximo de los ciudadanos y ciudadanas de este país.
Volver a rehabilitar a Soria
Por lo demás, Fernando Clavijo defendió esta semana en la sesión de control ante el Parlamento su opereta del lunes con José Manuel Soria en la sede de Presidencia de Las Palmas de Gran Canaria. Se reunieron, como saben, para explicar al ministro de Industria en funciones y al secretario de Estado de Hacienda también en funciones precisamente esa estrategia de lanzamiento de Canarias como hub tricontinental y para concluir, miren ustedes qué cosas, que hay que pedir un informe a la Abogacía del Estado para verificar si un Gobierno en funciones puede aprobar los aspectos económicos del Régimen Económico y Fiscal canario, aspectos estos que no aprobó cuando ejercía sus competencias en plenitud. Se olvidaron de aprovechar la ocasión para pedir otro informe en el que se dilucide si también puede este Gobierno en funciones desbloquear ese grotesco asunto de la devolución del viejo IGTE de Canarias al Estado, que de momento sigue del lado de Madrid en los Presupuestos Generales y que seguirá ahí por mucho que se empeñen en vender sus bondades un día sí y el otro también. Pamplinas. Lo que en realidad volvieron a escenificar Soria y Clavijo fue la misma puesta en escena que protagonizaron en el otoño pasado, cuando el alcalde-presidente de Canarias rehabilitó al líder del PP canario de cara a las elecciones generales de diciembre. A la vista de que, como dice el señor ministro en funciones, volverán a abrirse las urnas el 26 de junio, tocaba volverlo a rehabilitar, y para eso, ya se saben, están los amigos.
A La Gomera, a por Casimiro
Veinticuatro horas después de su patinaje artístico en el Parlamento de Canarias, el alcalde-presidente, Fernando Clavijo, puso rumbo a La Gomera. Hay que ganarse a Casimiro Curbelo, presidente del Cabildo y líder carismático de la Asamblea Socialista Gomera (ASG), con tres diputados en la Cámara regional que pueden venir de perlas como la cosa con el PSOE (y con Asamblea Majorera) se descomponga más de lo previsto. Casimiro es hombre pragmático que se deja agasajar (ASG( y anda necesitado de la comprensión de las fuerzas mayoritarias de la Cámara en busca del sostenimiento de la actual ley electoral, que a su juicio proporciona el número necesario de parlamentarios para traducir cada votación en dineritos en los presupuestos. Los servicios de prensa del Gobierno anunciaron con 24 horas de antelación que la visita de Clavijo tenía por objeto reunirse con él y con los alcaldes de la isla, pero las reseñas de los mismos servicios presidenciales sólo hablaron este miércoles de una reunión con el presidente insular y las organizaciones empresariales gomeras. Y ¿qué les contó? Pues que tiene ahí en la recámara los dineritos del IGTE (que no llegarán hasta el otoño, si llegan), que está preparando una nueva ley del suelo (que ya no saldrá en junio sino en diciembre) y que La Gomera tendrá banda ancha gracias a un proyecto del Gobierno por el que se invertirá un millón de euros.
Era difícil condensar en tan escueta intervención la filosofía que inspira al actual Gobierno de Canarias. Pero su alcalde-presidente lo consiguió, lo que demuestra que está mejorando a pasos agigantados: el Ejecutivo, efectivamente, legisla para los empresarios “porque son los empresarios los que crean empleo”. Y punto, sin matices, sin la más mínima concesión al amplio abanico de competencias que tiene una comunidad autónoma en la antesala del federalismo que irremediablemente se nos viene encima. “Para los empresarios”, oye. A su lado, en la bancada azul del Parlamento de Canarias, la vicepresidenta del Gobierno escuchaba al alcalde-presidente sin inmutarse, sin el más mínimo mohín, sin gesto alguno de sorpresa. “Gobernamos para los empresarios, Patricia, repite conmigo, para los empresarios” que son los que crean empleo. La misma vicepresidenta que es consejera con esas competencias, las de empleo, ¿o debemos devolver esa competencia una vez el alcalde-presidente se desentendió ante el pleno del Parlamento de cualquier competencia, influencia o responsabilidad en la mejora de los salarios de los habitantes de Canarias? No, no tenemos esa competencia, ni herramientas en las manos para fomentar un empleo de mejor calidad y salarios dignos. Somos la leche, vamos sobrados, somos capaces de tener el mejor régimen fiscal de España, pero esa competencia, mecachis en la mar, no la tenemos. Al contrario, explotamos publicitariamente que los trabajadores isleños sufren el salario medio más bajo de España –y por lo tanto, de Europa- para proclamar a los inversores internacionales que vengan por aquí porque esa es una ventaja competitiva innegable. Volvamos a los tiempos aquellos en los que José Carlos Mauricio tuvo la ocurrencia de proponer la singapurización de Canarias, idea aplaudida con las manos y con las orejas por el PP (Juanjo Cardona la recuperó no hace mucho); que el mundo entero sepa que con nuestro 30% de desempleo y más de 13 millones de turistas, somos los que menos cobramos y los que más paro tenemos de Europa.