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Los tres grandes exigen garantías personales

Por la vía de los inversores se ha movilizado un interesante grupo de empresarios que han arrimado el hombro confiados en recuperar su inversión y obtener rendimiento al dinero depositado. En total, catorce millones de euros aportados por unos cuantos empresarios isleños como Miguel Ángel Ramírez (Grupo Ralons) o Rafael Rodríguez, que se suman a la aportación del grupo HD hasta alcanzar los 36 millones ya disponibles para la compra, que supone un total de 60 millones de euros. Esos 24 que faltan son los requeridos a la banca española, concretamente a Santander, BBVA y Caixa, que tras muchas idas y venidas han contestado con cajas destempladas: sí, si los accionistas aportan garantías personales, una condición que los grandes empresarios no aceptan jamás. No bastó a los tres grandes el ofrecimiento de la pignoración de las acciones de la compañía, el derecho de traspaso de once locales de su propiedad ocupados por supermercados de la cadena o la pignoración de las estanterías y las existencias. Quieren las garantías personales de los que hoy en día se atreven a invertir.

Por la vía de los inversores se ha movilizado un interesante grupo de empresarios que han arrimado el hombro confiados en recuperar su inversión y obtener rendimiento al dinero depositado. En total, catorce millones de euros aportados por unos cuantos empresarios isleños como Miguel Ángel Ramírez (Grupo Ralons) o Rafael Rodríguez, que se suman a la aportación del grupo HD hasta alcanzar los 36 millones ya disponibles para la compra, que supone un total de 60 millones de euros. Esos 24 que faltan son los requeridos a la banca española, concretamente a Santander, BBVA y Caixa, que tras muchas idas y venidas han contestado con cajas destempladas: sí, si los accionistas aportan garantías personales, una condición que los grandes empresarios no aceptan jamás. No bastó a los tres grandes el ofrecimiento de la pignoración de las acciones de la compañía, el derecho de traspaso de once locales de su propiedad ocupados por supermercados de la cadena o la pignoración de las estanterías y las existencias. Quieren las garantías personales de los que hoy en día se atreven a invertir.