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Guanchanchos pidiendo facturas

Con los ojos como chernes, como lo leen, se han quedado algunos directores y/o directivos de hoteles palmeros con las primeras visitas no oficiales que han recibido de agentes del muy novedoso Cuerpo General de la Policía Canaria. No han sido visitas de inspección, ni un operativo en busca de algún camello asiduo a la puerta de cualquier colegio. Ni acudían a proteger a alguna mujer en peligro de violencia machista o a escoltar a una autoridad. Las visitas han tenido que ver con una razón mucho más pedestre: pedir facturas de comidas que poder presentar ante la administración del cuerpo y cobrar las correspondientes dietas. Han de saber, para comprender esta situación tan enojosa, que los ganchanchos no están comiendo en restaurantes o cafeterías, sino en el cuartel de la capital palmera donde se alojan. ¿Será que no están cobrando a tiempo sus nóminas y necesitan algunos ingresos extraordinarios provisionales? De ser dos los guanchanchos que se estrenan con estas estafas a la Administración con falsedad en documento público, siendo como es la plantilla de 50 personas, ¿debemos temer que haya veinte barandas cuando la plantilla sea de quinientos? ¿Serán 200 cuando el espectacular despliegue llegue a 5.000? ¿No fue la primera encomienda presidencial ganarse el respeto de la gente? Pues empezamos bien, oye.

Con los ojos como chernes, como lo leen, se han quedado algunos directores y/o directivos de hoteles palmeros con las primeras visitas no oficiales que han recibido de agentes del muy novedoso Cuerpo General de la Policía Canaria. No han sido visitas de inspección, ni un operativo en busca de algún camello asiduo a la puerta de cualquier colegio. Ni acudían a proteger a alguna mujer en peligro de violencia machista o a escoltar a una autoridad. Las visitas han tenido que ver con una razón mucho más pedestre: pedir facturas de comidas que poder presentar ante la administración del cuerpo y cobrar las correspondientes dietas. Han de saber, para comprender esta situación tan enojosa, que los ganchanchos no están comiendo en restaurantes o cafeterías, sino en el cuartel de la capital palmera donde se alojan. ¿Será que no están cobrando a tiempo sus nóminas y necesitan algunos ingresos extraordinarios provisionales? De ser dos los guanchanchos que se estrenan con estas estafas a la Administración con falsedad en documento público, siendo como es la plantilla de 50 personas, ¿debemos temer que haya veinte barandas cuando la plantilla sea de quinientos? ¿Serán 200 cuando el espectacular despliegue llegue a 5.000? ¿No fue la primera encomienda presidencial ganarse el respeto de la gente? Pues empezamos bien, oye.