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La Guardia Civil tardó 45 minutos

El inspector de Policía no daba crédito a lo que vio, y mucho menos a lo que está viendo en estos momentos. Aquel día de junio, cuando tuvo este percance con mayúsculo susto, retuvo en el lugar del suceso a la señora quien, visiblemente aturdida por lo que acababa de hacer, se comportó en todo momento muy educadamente. Pero la Guardia Civil de Tráfico tardaba en llegar, y tardó hasta 45 minutos, aún estando su acuartelamiento a tan sólo tres a través de los túneles de San José. Quien sí se personó de inmediato en el lugar de la retención, la rotonda del Llano de las Brujas, fue un coronel del Ejército de Tierra, que llevaba la orden de hacerse cargo de la señora y de su coche, un Audi A6, como desvelaba este domingo el periódico La Provincia. Pero el policía no quería que nada se moviera hasta que llegara la Benemérita e hiciera el correspondiente atestado. Al ver que ese cuerpo sólo quería instruir una sanción administrativa y no un delito contra la seguridad vial, el inspector del Cuerpo Nacional de Policía llamó a los suyos, que detuvieron a la señora. La ofensa se consumaba en grado sumo: ¡un inspector de Policía deteniendo a la esposa de un general delante de miembros de la Guardia Civil, cuerpo aún militarizado del Ejército español! Demasiado fuerte para un uniforme, por lo que parece.

El inspector de Policía no daba crédito a lo que vio, y mucho menos a lo que está viendo en estos momentos. Aquel día de junio, cuando tuvo este percance con mayúsculo susto, retuvo en el lugar del suceso a la señora quien, visiblemente aturdida por lo que acababa de hacer, se comportó en todo momento muy educadamente. Pero la Guardia Civil de Tráfico tardaba en llegar, y tardó hasta 45 minutos, aún estando su acuartelamiento a tan sólo tres a través de los túneles de San José. Quien sí se personó de inmediato en el lugar de la retención, la rotonda del Llano de las Brujas, fue un coronel del Ejército de Tierra, que llevaba la orden de hacerse cargo de la señora y de su coche, un Audi A6, como desvelaba este domingo el periódico La Provincia. Pero el policía no quería que nada se moviera hasta que llegara la Benemérita e hiciera el correspondiente atestado. Al ver que ese cuerpo sólo quería instruir una sanción administrativa y no un delito contra la seguridad vial, el inspector del Cuerpo Nacional de Policía llamó a los suyos, que detuvieron a la señora. La ofensa se consumaba en grado sumo: ¡un inspector de Policía deteniendo a la esposa de un general delante de miembros de la Guardia Civil, cuerpo aún militarizado del Ejército español! Demasiado fuerte para un uniforme, por lo que parece.