El hijo de un activista

Desde luego parece demostrado que Guillermo Reyes ya vio la película y, al salir, seguramente decidió darse un paseo por esa ciudad en la que él puede caminar tranquilo porque todo el mundo sabe quiénes son los chorizos. Le dio un par de vueltas a la cabeza y rápidamente encontró la forma de localizar la trama en Telde. Aquí no tenemos Opus Dei, ni Priorato de Sion, masculló. A lo más, las monjitas de Las Medianías, a las que no es plan endilgarles nada. Así que levantó la vista en dirección al sur y recordó que Julián Gómez del Castillo, el promotor de La Mareta, es hijo de un famoso activista de los movimientos cristianos de base, asentado en el sureste y de gran predicamento entre dirigentes asamblearios como Camilo Sánchez y Carmelo Ramírez. Y como de oca a oca, tiro porque me toca, rianga: conspiración cristiana de base que te crió. Y al que no le guste, que vuelva a ver la película.

Desde luego parece demostrado que Guillermo Reyes ya vio la película y, al salir, seguramente decidió darse un paseo por esa ciudad en la que él puede caminar tranquilo porque todo el mundo sabe quiénes son los chorizos. Le dio un par de vueltas a la cabeza y rápidamente encontró la forma de localizar la trama en Telde. Aquí no tenemos Opus Dei, ni Priorato de Sion, masculló. A lo más, las monjitas de Las Medianías, a las que no es plan endilgarles nada. Así que levantó la vista en dirección al sur y recordó que Julián Gómez del Castillo, el promotor de La Mareta, es hijo de un famoso activista de los movimientos cristianos de base, asentado en el sureste y de gran predicamento entre dirigentes asamblearios como Camilo Sánchez y Carmelo Ramírez. Y como de oca a oca, tiro porque me toca, rianga: conspiración cristiana de base que te crió. Y al que no le guste, que vuelva a ver la película.