El hijo del frente

No dejará de ser noticia el frente marítimo de Las Palmas en mucho tiempo, nos tememos, no sólo por nuestro empeño en abrir desde aquí un humilde debate sobre la cuestión, sino porque el asunto es de tal envergadura que no habrá quien se resista. Y mucho menos si los protagonistas se empeñan en darnos motivos para ocuparnos de la cuestión, como hacen los protagonistas de las revistas del corazón, pero en esta ocasión con reminiscencias más inferiores y a ambos lados de los pantalones. Mucho se ha dicho acerca de la naturaleza y cualidades del encargo arquitectónico del frente marítimo: que si fue un concurso, que si fue un encargo conjunto Ayuntamiento-Autoridad Portuaria, que si alguien se cayó del guindo... En fin. Por lo que hemos podido averiguar, la cosa va de un encargo aprobado por el consejo de administración de la Autoridad Portuaria, que hizo la correspondiente encomienda a un equipo liderado por el prestigioso estudio del arquitecto Joaquín Casariego. Otra cosa es que en ese equipo, más amplio de los que todos se imaginan -y sigue creciendo por encargos ulteriores- se encontrara un hijo del padre del frente. Suponemos que puesto ahí para empezar a negociar, como es menester en estos casos.

No dejará de ser noticia el frente marítimo de Las Palmas en mucho tiempo, nos tememos, no sólo por nuestro empeño en abrir desde aquí un humilde debate sobre la cuestión, sino porque el asunto es de tal envergadura que no habrá quien se resista. Y mucho menos si los protagonistas se empeñan en darnos motivos para ocuparnos de la cuestión, como hacen los protagonistas de las revistas del corazón, pero en esta ocasión con reminiscencias más inferiores y a ambos lados de los pantalones. Mucho se ha dicho acerca de la naturaleza y cualidades del encargo arquitectónico del frente marítimo: que si fue un concurso, que si fue un encargo conjunto Ayuntamiento-Autoridad Portuaria, que si alguien se cayó del guindo... En fin. Por lo que hemos podido averiguar, la cosa va de un encargo aprobado por el consejo de administración de la Autoridad Portuaria, que hizo la correspondiente encomienda a un equipo liderado por el prestigioso estudio del arquitecto Joaquín Casariego. Otra cosa es que en ese equipo, más amplio de los que todos se imaginan -y sigue creciendo por encargos ulteriores- se encontrara un hijo del padre del frente. Suponemos que puesto ahí para empezar a negociar, como es menester en estos casos.