La humildad de cinco años

Acababa de largar su mitin Arcadio Díaz Tejera y con él, su prontuario, su memorial de debilidades del PSC grancanario y de lo que, a su juicio, debe hacerse para salir de la flojera. Tiene Díaz Tejera la capacidad, pocas veces repetida en el género humano, de despertar entre la militancia socialista el mismo fervor ante sus actitudes que un rechazo visceral y casi de anticristo. Lo más suave que dicen de él sus detractores, y sin embargo compañeros, es que le pierde su excesivo afán de protagonismo y su proyecto exclusivamente personal. Nos ahorramos el resto de apreciaciones porque, en el fondo, nos cae simpático con sus riqui-racas y sus arriba de ellos, muy propios para las tareas que quiere asumir. Pero tras sus palabras subió al estrado Carmelo López, de Santa Lucía de Tirajana, nuevo secretario de Política Municipal, quien inició su discurso con la frase más ingeniosa, elocuente y oportuna de todo el congreso: “Desde la humildad de mis sólo cinco años de militancia...”. Arcadio no lleva ni uno.

Acababa de largar su mitin Arcadio Díaz Tejera y con él, su prontuario, su memorial de debilidades del PSC grancanario y de lo que, a su juicio, debe hacerse para salir de la flojera. Tiene Díaz Tejera la capacidad, pocas veces repetida en el género humano, de despertar entre la militancia socialista el mismo fervor ante sus actitudes que un rechazo visceral y casi de anticristo. Lo más suave que dicen de él sus detractores, y sin embargo compañeros, es que le pierde su excesivo afán de protagonismo y su proyecto exclusivamente personal. Nos ahorramos el resto de apreciaciones porque, en el fondo, nos cae simpático con sus riqui-racas y sus arriba de ellos, muy propios para las tareas que quiere asumir. Pero tras sus palabras subió al estrado Carmelo López, de Santa Lucía de Tirajana, nuevo secretario de Política Municipal, quien inició su discurso con la frase más ingeniosa, elocuente y oportuna de todo el congreso: “Desde la humildad de mis sólo cinco años de militancia...”. Arcadio no lleva ni uno.