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Igualito que en Gran Canaria

El caso judicial en el que está imputado en Lanzarote el flamante asesor de Adán Martín es idéntico al que protagonizó en Las Palmas de Gran Canaria la fundación Forecan, de la que formaban parte los sindicatos UGT, CCOO y la nunca bien valorada figura empresarial de José Miguel Suárez Gil, hoy presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas. En Lanzarote la fundación la formaron los mismos sindicatos pero con Ashotel, patronal turística de allí, con un hombre plateado al frente, Valentín Elvira. Elvira, González y algunos más, según la imputación del fiscal, no fueron buenos administradores de los fondos del Icfem, y tras la denuncia de otros dirigentes, celosos del buen hacer en la cosa pública, intervino la Justicia. En Las Palmas, mientras, otro amigo íntimo de Mauricio y de Aurelio Ayala, Suárez Gil, fue mucho más ágil, y antes de que le exigieran por la vía judicial cien millones de pesetas de las viejas, alguien fue avisado y disolvió la fundación. Cuestión de reflejos, insistimos sin ánimo de pensar mal de nadie.

El caso judicial en el que está imputado en Lanzarote el flamante asesor de Adán Martín es idéntico al que protagonizó en Las Palmas de Gran Canaria la fundación Forecan, de la que formaban parte los sindicatos UGT, CCOO y la nunca bien valorada figura empresarial de José Miguel Suárez Gil, hoy presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas. En Lanzarote la fundación la formaron los mismos sindicatos pero con Ashotel, patronal turística de allí, con un hombre plateado al frente, Valentín Elvira. Elvira, González y algunos más, según la imputación del fiscal, no fueron buenos administradores de los fondos del Icfem, y tras la denuncia de otros dirigentes, celosos del buen hacer en la cosa pública, intervino la Justicia. En Las Palmas, mientras, otro amigo íntimo de Mauricio y de Aurelio Ayala, Suárez Gil, fue mucho más ágil, y antes de que le exigieran por la vía judicial cien millones de pesetas de las viejas, alguien fue avisado y disolvió la fundación. Cuestión de reflejos, insistimos sin ánimo de pensar mal de nadie.