El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Qué importan los escándalos
El Gobierno de Canarias prefirió este lunes guardar silencio acerca de la descarada venta de una parte de sus acciones en la empresa del gas, Gascan, a un selecto grupo de empresarios. Desde la Consejería de Economía y Hacienda remitieron a la prensa a un todavía más escandaloso comunicado del consejero delegado de la empresa pública Sodecan, Eusebio Bautista, que o no sabe lo que se trae entre manos o miente como un descosido. No sabemos, realmente, qué cosa es peor, y les vamos a contar con calma, a ver si nos cabe todo. De entrada, les adelantamos que hemos presentado una queja formal ante la Viceconsejería de Comunicación del Gobierno por la actitud del Gabinete de Prensa de Mauricio, que se negó a gestionar cualquier tipo de declaración, explicación o comentario para este periódico por considerar que estamos en una galaxia que a ellos no gusta. No comparten nuestra línea editorial, lo cual podemos entender y respetar, pero de igual manera un Gobierno y sus servidores públicos habrán de guardar el mismo respeto a los medios de comunicación, incluidos los que no le bailan el agua. Dicho esto, entremos en materia, si les apetece.
El Gobierno de Canarias prefirió este lunes guardar silencio acerca de la descarada venta de una parte de sus acciones en la empresa del gas, Gascan, a un selecto grupo de empresarios. Desde la Consejería de Economía y Hacienda remitieron a la prensa a un todavía más escandaloso comunicado del consejero delegado de la empresa pública Sodecan, Eusebio Bautista, que o no sabe lo que se trae entre manos o miente como un descosido. No sabemos, realmente, qué cosa es peor, y les vamos a contar con calma, a ver si nos cabe todo. De entrada, les adelantamos que hemos presentado una queja formal ante la Viceconsejería de Comunicación del Gobierno por la actitud del Gabinete de Prensa de Mauricio, que se negó a gestionar cualquier tipo de declaración, explicación o comentario para este periódico por considerar que estamos en una galaxia que a ellos no gusta. No comparten nuestra línea editorial, lo cual podemos entender y respetar, pero de igual manera un Gobierno y sus servidores públicos habrán de guardar el mismo respeto a los medios de comunicación, incluidos los que no le bailan el agua. Dicho esto, entremos en materia, si les apetece.