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Incidente de protocolo

Una de las cosas que más preocupa a José Manuel Soria es la imagen y el protocolo. Se conocen muchas ocasiones en las que ha decidido no acudir a determinados actos porque nadie ha sido capaz de garantizarle el puesto que él cree que merece (cuando hay duda con la aplicación del decreto de precedencias, mayormente) o cuando le dicen que no va a tener la oportunidad de dirigirse al respetable. Para controlar estos y otros asuntos, tiene un equipo muy bien entrenado del que forma parte el responsable de protocolo, Ángel García. Este hombre, por cierto, la armó el otro día en unas jornadas organizadas en la Universidad por Unicef. De entrada hizo cambiar el protocolo a los servicios de la ULPGC para calzar bien al alcalde, y volvió a trastearlo todo cuando dijo que no, que la que acudiría sería la concejala Pino Esther Rivero. Cuando se le dijo que el segundo cambio también debería ser supervisado por la Universidad, se puso remolón y con un tono de voz verdaderamente inapropiado, recordó a los presentes que es profesor de protocolo de la escuela correspondiente y que era la Universidad la equivocada. Protocolo debe saber mucho, dijeron testigos presenciales, pero el día de los modales debió faltar a clase.

Una de las cosas que más preocupa a José Manuel Soria es la imagen y el protocolo. Se conocen muchas ocasiones en las que ha decidido no acudir a determinados actos porque nadie ha sido capaz de garantizarle el puesto que él cree que merece (cuando hay duda con la aplicación del decreto de precedencias, mayormente) o cuando le dicen que no va a tener la oportunidad de dirigirse al respetable. Para controlar estos y otros asuntos, tiene un equipo muy bien entrenado del que forma parte el responsable de protocolo, Ángel García. Este hombre, por cierto, la armó el otro día en unas jornadas organizadas en la Universidad por Unicef. De entrada hizo cambiar el protocolo a los servicios de la ULPGC para calzar bien al alcalde, y volvió a trastearlo todo cuando dijo que no, que la que acudiría sería la concejala Pino Esther Rivero. Cuando se le dijo que el segundo cambio también debería ser supervisado por la Universidad, se puso remolón y con un tono de voz verdaderamente inapropiado, recordó a los presentes que es profesor de protocolo de la escuela correspondiente y que era la Universidad la equivocada. Protocolo debe saber mucho, dijeron testigos presenciales, pero el día de los modales debió faltar a clase.