Intervino Saavedra

Como era de prever, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, ha intervenido en la primera crisis conocida del grupo municipal de gobierno. El primer resultado palpable es el refuerzo de su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Sáiz Peláez, al que Saavedra se trajo de Andalucía por considerarlo de su confianza y la persona adecuada para dirigir su núcleo duro. Por lo tanto, esa confianza se renueva y se refuerza, porque, a su vez, Saavedra ha anunciado que desde su departamento, la Alcaldía, se tomarán las medidas de reorganización que se consideren oportunas, es decir, las que él y Sáiz decidan. Quedan fuera de esta capacidad decisoria los concejales del grupo de gobierno, lo que supone una desautorización de la primera teniente de alcalde, Teresita Morales, a la que la crisis le ha sorprendido de viaje oficial a La Habana, desde donde se niega a hacer declaraciones y valoraciones. La segunda consecuencia tiene otro nombre, el del jefe de prensa, Magec Montesdeoca, que queda en el alero. Casi colgado de la brocha.

Como era de prever, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, ha intervenido en la primera crisis conocida del grupo municipal de gobierno. El primer resultado palpable es el refuerzo de su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Sáiz Peláez, al que Saavedra se trajo de Andalucía por considerarlo de su confianza y la persona adecuada para dirigir su núcleo duro. Por lo tanto, esa confianza se renueva y se refuerza, porque, a su vez, Saavedra ha anunciado que desde su departamento, la Alcaldía, se tomarán las medidas de reorganización que se consideren oportunas, es decir, las que él y Sáiz decidan. Quedan fuera de esta capacidad decisoria los concejales del grupo de gobierno, lo que supone una desautorización de la primera teniente de alcalde, Teresita Morales, a la que la crisis le ha sorprendido de viaje oficial a La Habana, desde donde se niega a hacer declaraciones y valoraciones. La segunda consecuencia tiene otro nombre, el del jefe de prensa, Magec Montesdeoca, que queda en el alero. Casi colgado de la brocha.