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Cuando Julio Iglesias quiso las dunas

Lo reveló este viernes en CANARIAS AHORA RADIO el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, cuando Carlos Sosa le preguntó por grandes proyectos que abandonaron la posibilidad de invertir en la principal zona turística de Canarias por falta de apoyo institucional. El alcalde sonrió y contó la anécdota de un “famoso cantante español residente en Miami” que un día quiso que se le autorizara construir una mansión dentro de las dunas de Maspalomas, uno de los complejos dunares más bellos y celebrados del mundo, catalogado como paraje protegido. Sostenía el tal cantante que aquella mansión podía convertirse en un polo turístico de alto interés que atraería a millones de simpatizantes de todo el mundo a la isla de Gran Canaria. El cantante del cuento era Julio Iglesias, y el momento en que lo planteó fue la década de los ochenta, cuando España negociaba con Estados Unidos las compensaciones económicas producto del Plan Faca, aquella famosa compra de 80 aviones F-18A por importe de más de 310.000 millones de pesetas de curso legal aquel entonces. Por entonces, Canarias estaba en el catálogo de compensaciones mediante la participación de capital americano a través de fuertes inversiones en la zona de Santa Águeda, junto al grupo empresarial canario Lopesan. Nada de aquello cuajó, seguramente por suerte para todos excepto para Julio Iglesias, que no puede disfrutar de un lugar paradisiaco y de uno de los mejores climas del mundo.

Lo reveló este viernes en CANARIAS AHORA RADIO el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, cuando Carlos Sosa le preguntó por grandes proyectos que abandonaron la posibilidad de invertir en la principal zona turística de Canarias por falta de apoyo institucional. El alcalde sonrió y contó la anécdota de un “famoso cantante español residente en Miami” que un día quiso que se le autorizara construir una mansión dentro de las dunas de Maspalomas, uno de los complejos dunares más bellos y celebrados del mundo, catalogado como paraje protegido. Sostenía el tal cantante que aquella mansión podía convertirse en un polo turístico de alto interés que atraería a millones de simpatizantes de todo el mundo a la isla de Gran Canaria. El cantante del cuento era Julio Iglesias, y el momento en que lo planteó fue la década de los ochenta, cuando España negociaba con Estados Unidos las compensaciones económicas producto del Plan Faca, aquella famosa compra de 80 aviones F-18A por importe de más de 310.000 millones de pesetas de curso legal aquel entonces. Por entonces, Canarias estaba en el catálogo de compensaciones mediante la participación de capital americano a través de fuertes inversiones en la zona de Santa Águeda, junto al grupo empresarial canario Lopesan. Nada de aquello cuajó, seguramente por suerte para todos excepto para Julio Iglesias, que no puede disfrutar de un lugar paradisiaco y de uno de los mejores climas del mundo.