El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
12 de julio: oficio, auto y otro auto más
Recapitulemos: un reponedor de supermercado, de 24 años, sobrino de una empleada de Ciuca, el partido de Guillermo Reyes, que confiesa no saber nada de propiedad intelectual, declara que, movido por venganza porque las radios no lo trataron bien un día que fue agredido por la Policía Local de Telde, pregunta a un agente de este cuerpo dónde puede presentar una denuncia indeterminada. Y el agente lo manda ¡a Guía! La Pafite pone en marcha su operativo un mes antes, contacta con el perito, se lo presentan a la juez... Y el día 8 de julio de 2010, la misma patrulla entrega a la magistrada Zabala un espectacular oficio en el que pide “orden de entrada y registro” con expresa referencia a que se “intervengan o se precinten (...) cuantos aparatos se estén utilizando para la comisión del delito [contra la propiedad intelectual] tanto por la emisión como por la utilización de obras y grabaciones audiovisuales”. Ese mismo 8 de julio, la magistrada dicta tres autos, tres (uno por cada emisora), de incoación de diligencias y tres autos, tres, de entrada y registro con expresa autorización para precintar las emisiones. Y ese mismo día tres comisiones judiciales, tres, a la misma hora, las 13.30, entran en las tres emisoras de radio deteniendo a todo bicho viviente y precintando las emisiones de todas ellas. Bonito, ¿verdad?
Recapitulemos: un reponedor de supermercado, de 24 años, sobrino de una empleada de Ciuca, el partido de Guillermo Reyes, que confiesa no saber nada de propiedad intelectual, declara que, movido por venganza porque las radios no lo trataron bien un día que fue agredido por la Policía Local de Telde, pregunta a un agente de este cuerpo dónde puede presentar una denuncia indeterminada. Y el agente lo manda ¡a Guía! La Pafite pone en marcha su operativo un mes antes, contacta con el perito, se lo presentan a la juez... Y el día 8 de julio de 2010, la misma patrulla entrega a la magistrada Zabala un espectacular oficio en el que pide “orden de entrada y registro” con expresa referencia a que se “intervengan o se precinten (...) cuantos aparatos se estén utilizando para la comisión del delito [contra la propiedad intelectual] tanto por la emisión como por la utilización de obras y grabaciones audiovisuales”. Ese mismo 8 de julio, la magistrada dicta tres autos, tres (uno por cada emisora), de incoación de diligencias y tres autos, tres, de entrada y registro con expresa autorización para precintar las emisiones. Y ese mismo día tres comisiones judiciales, tres, a la misma hora, las 13.30, entran en las tres emisoras de radio deteniendo a todo bicho viviente y precintando las emisiones de todas ellas. Bonito, ¿verdad?