Kronos, un lujo desperdiciado

Resultó de una belleza extraordinaria el concierto que Kronos Quartet ofreció el pasado sábado en el auditorio Alfredo Kraus dentro del festival Arrecife de las Músicas. Donde quiera que va este grupo, con más de treinta años de éxitos a sus espaldas, triunfa por completo y vende todas las localidades. Este lunes actuará en el Museo Reina Sofía, de Madrid, y habrá cachetones para verlo. Pero en Las Palmas de Gran Canaria, que somos así de especiales, les obsequiamos con menos de medio aforo por la sencilla razón de que el concierto ni fue bien publicitado ni gozó de una buena comunicación. Tan poco fue el resalte, que por allí no vimos a ninguno de los políticos que acostumbran a dejarse caer en acontecimientos sonados, o algunos de los que se sientan a decidir los designios de la Fundación Auditorio como si entendieran mínimamente de la cuestión. Al único que vimos por allí fue a Lorenzo Olarte, que ya anda metido en el tajo de repartir sonrisas y promesas de mejoría para la isla.

Resultó de una belleza extraordinaria el concierto que Kronos Quartet ofreció el pasado sábado en el auditorio Alfredo Kraus dentro del festival Arrecife de las Músicas. Donde quiera que va este grupo, con más de treinta años de éxitos a sus espaldas, triunfa por completo y vende todas las localidades. Este lunes actuará en el Museo Reina Sofía, de Madrid, y habrá cachetones para verlo. Pero en Las Palmas de Gran Canaria, que somos así de especiales, les obsequiamos con menos de medio aforo por la sencilla razón de que el concierto ni fue bien publicitado ni gozó de una buena comunicación. Tan poco fue el resalte, que por allí no vimos a ninguno de los políticos que acostumbran a dejarse caer en acontecimientos sonados, o algunos de los que se sientan a decidir los designios de la Fundación Auditorio como si entendieran mínimamente de la cuestión. Al único que vimos por allí fue a Lorenzo Olarte, que ya anda metido en el tajo de repartir sonrisas y promesas de mejoría para la isla.