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El Estado de Lanzarote, en ebullición

Hacía tiempo, desde las duras calendas del caso Unión, que no se movía tanto Lanzarote, a pesar de la aparente estabilidad del pacto de gobierno CC-PSOE que rige el presente y el futuro de la isla de los volcanes. Será este lunes, en un esperado Debate sobre el Estado de la Isla, cuando se palpe cómo anda de sólida la estabilidad institucional en un Cabildo marcado, demasiadas veces, por el rastro fétido que han dejado atrás el paso de políticos descritos en sumarios deslumbrantes y escuchas reveladoras de cómo se las han gastado en Lanzarote desde tiempos inmemoriales. El caso Unión estalló en 2009 y de golpe y porrazo puso patas arriba la isla, convulsionó las relaciones entre los grupos de mayor peso, PIL y PSOE, y terminó provocando la irrupción de una renovada Coalición Canaria que se ha sabido colocar en la primera línea de acción política, con los consabidos patinazos y modos poco a poco suavizados del presidente de la Corporación, Pedro San Ginés. El pacto CC-PSOE en Lanzarote, muy al contrario de otras islas, “va bien”, salvo, fitetú qué cosas, reminiscencias del pasado más oscuro en las propias filas de Coalición Canaria, aprovechadas orgánicamente por el alcalde de Haría y otrora poderoso hombre de la Ejecutiva Nacional de CC, el defenestrado Pepe Torres Stinga, para enredar más de la cuenta y tirar a matar al grupo renovador. El lunes, en el Cabildo, algunos díscolos de CC, con el consejero bajo sospecha Sergio Machín al frente, querrán hacerse notar e inquietar al pacto CC-PSOE, para regocijo de los de siempre. Pero la carta de presentación del consejero apartado por el propio presidente no invita a confiar demasiado en las buenas intenciones de los opositores internos dentro del nacionalismo conejero.

Hacía tiempo, desde las duras calendas del caso Unión, que no se movía tanto Lanzarote, a pesar de la aparente estabilidad del pacto de gobierno CC-PSOE que rige el presente y el futuro de la isla de los volcanes. Será este lunes, en un esperado Debate sobre el Estado de la Isla, cuando se palpe cómo anda de sólida la estabilidad institucional en un Cabildo marcado, demasiadas veces, por el rastro fétido que han dejado atrás el paso de políticos descritos en sumarios deslumbrantes y escuchas reveladoras de cómo se las han gastado en Lanzarote desde tiempos inmemoriales. El caso Unión estalló en 2009 y de golpe y porrazo puso patas arriba la isla, convulsionó las relaciones entre los grupos de mayor peso, PIL y PSOE, y terminó provocando la irrupción de una renovada Coalición Canaria que se ha sabido colocar en la primera línea de acción política, con los consabidos patinazos y modos poco a poco suavizados del presidente de la Corporación, Pedro San Ginés. El pacto CC-PSOE en Lanzarote, muy al contrario de otras islas, “va bien”, salvo, fitetú qué cosas, reminiscencias del pasado más oscuro en las propias filas de Coalición Canaria, aprovechadas orgánicamente por el alcalde de Haría y otrora poderoso hombre de la Ejecutiva Nacional de CC, el defenestrado Pepe Torres Stinga, para enredar más de la cuenta y tirar a matar al grupo renovador. El lunes, en el Cabildo, algunos díscolos de CC, con el consejero bajo sospecha Sergio Machín al frente, querrán hacerse notar e inquietar al pacto CC-PSOE, para regocijo de los de siempre. Pero la carta de presentación del consejero apartado por el propio presidente no invita a confiar demasiado en las buenas intenciones de los opositores internos dentro del nacionalismo conejero.